Ninguna teoría científica ha hecho correr tanta tinta como la teoría de la evolución. Desde que en 1859 Charles Robert Darwin publicó su famoso libro titulado El origen de las especies la polémica en torno al alcance y los límites de esta teoría no ha dejado de ser objeto de airado debate. Dentro de la ciencia prácticamente nadie duda de la realidad del hecho evolutivo, lo que se discute es cómo se produce la evolución, cuáles son sus causas, de qué manera se ha ido desarrollando, si ha sido de forma lenta y gradual o a través de saltos bruscos que se han dado en momentos puntuales. Pero las discusiones más agrias se han producido más allá de la ciencia. No hay duda alguna de que en la actualidad uno de los debates más intensos entre ciencia y religión es el que hace referencia a la compatibilidad entre la teoría científica de la evolución y la doctrina religiosa de la creación. 150 años después de la publicación de la citada obra de Darwin los debates siguen tan abiertos como entonces; quizás, incluso, con mayor vigor y con una vitalidad renovada. Detrás de la obra está el autor. Pero ... ¿quién fue realmente Charles Darwin? Su teoría científica fue utilizada bien pronto como arma arrojadiza contra la religión. ¿Cuál fue su intención? ¿Sólo aspiraba a establecer una teoría científica alternativa al fijismo imperante o también pensaba que estaba aportando pruebas científicas a favor del ateísmo?
En 1809 Jean Baptiste Pierre Antoine de Monet (1744-1829), más conocido como el Caballero de Lamarck, publicaba el libro en el expuso sus teorías evolucionistas: La philosophie zoologique. El 12 de febrero de ese mismo año nacía Charles Robert Darwin; y lo hacía en el seno de una familia acomodada de Shrewsbury, capital del condado de Shropshire, al oeste de Inglaterra y cerca del País de Gales. Fue el quinto de seis hermanos, cuatro chicas y dos chicos. Su padre, Robert Waring Darwin (1766-1848) era, un médico de gran prestigio, lo mismo que su abuelo paterno Erasmus Darwin (1731-1802), quien había escrito un poema en el que apostaba por una visión evolutiva de la vida. Su madre, Susannah Wedgwood (1765-1817), era hija de Josiah Wedgwood I, un ceramista famoso de Maer que había triunfado con el inicio de la revolución industrial.
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Ninguna teoría científica ha hecho correr tanta tinta como la teoría de la evolución. Desde que en 1859 Charles Robert Darwin publicó su famoso libro titulado El origen de las especies la polémica en torno al alcance y los límites de esta teoría no ha dejado de ser objeto de airado debate. Dentro de la ciencia prácticamente nadie duda de la realidad del hecho evolutivo, lo que se discute es cómo se produce la evolución, cuáles son sus causas, de qué manera se ha ido desarrollando, si ha sido de forma lenta y gradual o a través de saltos bruscos que se han dado en momentos puntuales. Pero las discusiones más agrias se han producido más allá de la ciencia. No hay duda alguna de que en la actualidad uno de los debates más intensos entre ciencia y religión es el que hace referencia a la compatibilidad entre la teoría científica de la evolución y la doctrina religiosa de la creación. 150 años después de la publicación de la citada obra de Darwin los debates siguen tan abiertos como entonces; quizás, incluso, con mayor vigor y con una vitalidad renovada. Detrás de la obra está el autor. Pero ... ¿quién fue realmente Charles Darwin? Su teoría científica fue utilizada bien pronto como arma arrojadiza contra la religión. ¿Cuál fue su intención? ¿Sólo aspiraba a establecer una teoría científica alternativa al fijismo imperante o también pensaba que estaba aportando pruebas científicas a favor del ateísmo?
En 1809 Jean Baptiste Pierre Antoine de Monet (1744-1829), más conocido como el Caballero de Lamarck, publicaba el libro en el expuso sus teorías evolucionistas: La philosophie zoologique. El 12 de febrero de ese mismo año nacía Charles Robert Darwin; y lo hacía en el seno de una familia acomodada de Shrewsbury, capital del condado de Shropshire, al oeste de Inglaterra y cerca del País de Gales. Fue el quinto de seis hermanos, cuatro chicas y dos chicos. Su padre, Robert Waring Darwin (1766-1848) era, un médico de gran prestigio, lo mismo que su abuelo paterno Erasmus Darwin (1731-1802), quien había escrito un poema en el que apostaba por una visión evolutiva de la vida. Su madre, Susannah Wedgwood (1765-1817), era hija de Josiah Wedgwood I, un ceramista famoso de Maer que había triunfado con el inicio de la revolución industrial.