Es un personaje que ha viajado y a recolectado una gran fortuna, cuando, ya en su vejez, decide "sentar cabeza" planea cuidadosamente el destino de su oro y el lugar de su futura residencia. Y toma a una niña de trece o catorce años como esposa. Siendo un celoso extremo se comporta como un semidiós, y tal como dice el libro piensa que al casarse con ella, ella va a hacer los que el le diga.
"Casarme he con ella; encerraréla y haréla a mis mañas, y con ello no tendrá otra condición que aquélla que yo le enseñare".
El error está en pensar que encerrándola y privándola de libertad ella va solo a hacer lo que el quiera.
Cuando aparece Loaysa quien por inquietud de encontrar una casa completamente cerrada y que no se viese nada para dentro, decide entrar, este queda encerrado en la habitación de Leonora.
Carrizales despierta y los descubre a los dos durmiendo abrazados y muere de dolor.
El celoso Carrizales, reconoce haber sido arquitecto de su desventura y toma sobre sí la responsabilidad del adulterio de su mujer pagando su error con la muerte.
Carrizales.
Es un personaje que ha viajado y a recolectado una gran fortuna, cuando, ya en su vejez, decide "sentar cabeza" planea cuidadosamente el destino de su oro y el lugar de su futura residencia.
Y toma a una niña de trece o catorce años como esposa. Siendo un celoso extremo se comporta como un semidiós, y tal como dice el libro piensa que al casarse con ella, ella va a hacer los que el le diga.
"Casarme he con ella; encerraréla y haréla a mis mañas, y con ello no tendrá otra condición que aquélla que yo le enseñare".
El error está en pensar que encerrándola y privándola de libertad ella va solo a hacer lo que el quiera.
Cuando aparece Loaysa quien por inquietud de encontrar una casa completamente cerrada y que no se viese nada para dentro, decide entrar, este queda encerrado en la habitación de Leonora.
Carrizales despierta y los descubre a los dos durmiendo abrazados y muere de dolor.
El celoso Carrizales, reconoce haber sido arquitecto de su desventura y toma sobre sí la responsabilidad del adulterio de su mujer pagando su error con la muerte.