Corintios, vimos el consuelo de Dios para los planes de la vida.
Luego, vimos la consolación de Dios en este segundo capítulo, al restaurar a un creyente que había pecado. Les dijo que debían hacer algo en cuanto a lo que estaba ocurriendo. Y ellos así lo hicieron y excomulgaron al que había pecado. Pero, este hombre, vio el pecado que había cometido y lo confesó. Y se sintió muy culpable. Pablo entonces les dijo que debían recibirle nuevamente, y restaurarle a la comunión de los creyentes, para que no se sintiera abrumado por la tristeza.
Después, Pablo llegó a Troas y se le presentó una gran oportunidad de trabajar por el Señor. En aquella ocasión, la voluntad de Dios era que él se quedase allí para predicar el Evangelio, en vez de ir a Corinto. Pablo no estaba siendo inconstante, sino fiel. Fue fiel a la oportunidad que Dios le concedió.
Aun cuando él estaba predicando el Evangelio en Troas, se sintió intranquilo porque Tito no había llegado para traerle noticias de la congregación de Corinto. Le esperó, pero no llegó. Entonces, Pablo salió de viaje a Filipos y Macedonia. Y fue allí donde llegó Tito con las noticias de que los Corintios habían tratado el problema del pecado en la congregación, y de que aquel hombre se había arrepentido, dejando su pecado
Explicación:
Corintios, vimos el consuelo de Dios para los planes de la vida.
Luego, vimos la consolación de Dios en este segundo capítulo, al restaurar a un creyente que había pecado. Les dijo que debían hacer algo en cuanto a lo que estaba ocurriendo. Y ellos así lo hicieron y excomulgaron al que había pecado. Pero, este hombre, vio el pecado que había cometido y lo confesó. Y se sintió muy culpable. Pablo entonces les dijo que debían recibirle nuevamente, y restaurarle a la comunión de los creyentes, para que no se sintiera abrumado por la tristeza.
Después, Pablo llegó a Troas y se le presentó una gran oportunidad de trabajar por el Señor. En aquella ocasión, la voluntad de Dios era que él se quedase allí para predicar el Evangelio, en vez de ir a Corinto. Pablo no estaba siendo inconstante, sino fiel. Fue fiel a la oportunidad que Dios le concedió.
Aun cuando él estaba predicando el Evangelio en Troas, se sintió intranquilo porque Tito no había llegado para traerle noticias de la congregación de Corinto. Le esperó, pero no llegó. Entonces, Pablo salió de viaje a Filipos y Macedonia. Y fue allí donde llegó Tito con las noticias de que los Corintios habían tratado el problema del pecado en la congregación, y de que aquel hombre se había arrepentido, dejando su pecado