a tarea de colonización española de América estuvo apoyada en un proceso previo o simultáneo de ocupación del territorio en el que las ciudades jugaron un papel fundamental.
Este proceso se inicia en las Antillas. Desde esta plataforma se accede al continente por tres puntos: Panamá, México y lo que se llamó Tierra Firme (Colombia-Venezuela).
El primer núcleo, Panamá, se proyecta hacia América Central y hacia el Perú. El núcleo mexicano se expande por tierras actuales de México y Estados Unidos y hacia las Molucas y las Filipinas, y avanza hacia América Central donde converge con el núcleo panameño. Por otro lado, desde el tercer núcleo, que se proyecta desde las costas que actualmente son de Venezuela y Colombia, la corriente expansiva se dirige hacia el interior, hacia la sabana bogotana donde confluye con otra corriente procedente de Quito.
Panamá es el trampolín hacia el sur, hacia Perú: desde la ciudad de Cuzco la colonización avanza hacia el norte (Ecuador y de allí a Colombia y Amazonas); también hacia el altiplano andino de Bolivia, hacia el noroeste de Argentina y hacia el norte y centro de Chile.
Aparte de los núcleos expansivos y fundacionales antes expresados, se originó otro foco similar proyectado directamente desde España al Río de la PLata (Argentina, Paraguay, Uruguay), que tuvo su centro en la ciudad de Asunción.
A la rapidez del impulso expansivo de ocupación del territorio, casi completado hacia la mitad del siglo XVI, correspondió un proceso paralelo de colonización y formación de la red urbana, lo que resulta tanto más admirable si se considera la amplitud del continente americano y la falta de recursos humanos y económicos con que se contaba.
Antes de comenzar el siglo XVII se habían fundado los principales centros administrativos del territorio hispanoamericano y se había establecido una extensa red de asentamientos permanentes desde California a la Florida y desde el sur de los Estados Unidos hasta la Patagonia, en un gigantesco esfuerzo de urbanización.
En el proceso de población del territorio una gran cantidad de fundaciones españolas aprovecharon asentamientos indígenas preexistentes, pero casi siempre se hizo con una planificación y desarrollo generalmente ajenos a los de las culturas precolombinas.
Respuesta:
me das corona por fi? :)
Explicación:
a tarea de colonización española de América estuvo apoyada en un proceso previo o simultáneo de ocupación del territorio en el que las ciudades jugaron un papel fundamental.
Este proceso se inicia en las Antillas. Desde esta plataforma se accede al continente por tres puntos: Panamá, México y lo que se llamó Tierra Firme (Colombia-Venezuela).
El primer núcleo, Panamá, se proyecta hacia América Central y hacia el Perú. El núcleo mexicano se expande por tierras actuales de México y Estados Unidos y hacia las Molucas y las Filipinas, y avanza hacia América Central donde converge con el núcleo panameño. Por otro lado, desde el tercer núcleo, que se proyecta desde las costas que actualmente son de Venezuela y Colombia, la corriente expansiva se dirige hacia el interior, hacia la sabana bogotana donde confluye con otra corriente procedente de Quito.
Panamá es el trampolín hacia el sur, hacia Perú: desde la ciudad de Cuzco la colonización avanza hacia el norte (Ecuador y de allí a Colombia y Amazonas); también hacia el altiplano andino de Bolivia, hacia el noroeste de Argentina y hacia el norte y centro de Chile.
Aparte de los núcleos expansivos y fundacionales antes expresados, se originó otro foco similar proyectado directamente desde España al Río de la PLata (Argentina, Paraguay, Uruguay), que tuvo su centro en la ciudad de Asunción.
A la rapidez del impulso expansivo de ocupación del territorio, casi completado hacia la mitad del siglo XVI, correspondió un proceso paralelo de colonización y formación de la red urbana, lo que resulta tanto más admirable si se considera la amplitud del continente americano y la falta de recursos humanos y económicos con que se contaba.
Antes de comenzar el siglo XVII se habían fundado los principales centros administrativos del territorio hispanoamericano y se había establecido una extensa red de asentamientos permanentes desde California a la Florida y desde el sur de los Estados Unidos hasta la Patagonia, en un gigantesco esfuerzo de urbanización.
En el proceso de población del territorio una gran cantidad de fundaciones españolas aprovecharon asentamientos indígenas preexistentes, pero casi siempre se hizo con una planificación y desarrollo generalmente ajenos a los de las culturas precolombinas.