La repercusión sobre los países colonizados fue inmensa. Miége dice gráficamente que surge una nueva geografía. El impacto de Europa se deja sentir en primer lugar en las costas, donde se construyen puertos con instalaciones modernas; más tarde en el interior, al que se accede por vías férreas. Surge una nueva estructura de las comunicaciones.
En todas partes se intentó fomentar un cultivo básico, por ejemplo el caucho en Indochina, el cacao en Nigeria, el café en Tanganika. La producción aumentó. En Argelia los viñedos se multiplicaron por cuatro entre 1881 y 1895; Indochina exportaba en 1900 un millón de toneladas de arroz. Las colonias compran productos a la metrópoli; la economía de mercado suscita la necesidad del papel moneda, con lo que la economía monetaria se yuxtapone a la de subsistencia, característica del período precolonial.
En el orden demográfico se consiguen las primeras victorias contra las enfermedades tropicales, se instalan hospitales y se aplican terapéuticas europeas; pero, al mismo tiempo, el progreso de las comunicaciones permite una difusión más rápida de las epidemias, y el contacto con los europeos provocó en algunas sociedades una disminución de la población, como en Nuevas Hébridas, donde se redujo a 1/20 desde principios del siglo XIX. En general, el descenso de la mortalidad, con mantenimiento de una natalidad alta, favoreció el incremento de la población.
Las sociedades indígenas experimentaron transformaciones profundas. La vida urbana rompió las estructuras tribales. Una burguesía de negociantes y funcionarios se instaló en los niveles más altos de la escala social. Incluso en el campo se produjeron cambios, con la introducción de nuevas plantas, la extensión de la agricultura comercial y la moneda.
En el orden intelectual misioneros, escuelas, edición de periódicos produjeron un retroceso del analfabetismo. Pero, por otra parte, el impacto de la cultura occidental hizo perder su identidad a las culturas indígenas, perturbó sus creencias y tradiciones. Este drama de la aculturación explica que los movimientos nacionalistas hayan levantado como bandera en la descolonización la recuperación de la cultura nacional.
Es indudable que pueden hallarse bastantes aporta-clones positivas, pero en el conjunto predominan las negativas; las viejas civilizaciones fueron destruidas, sus lenguas desplazadas, la industrialización prohibida, en algunas zonas se produjo la segregación racial, el mantenimiento de los indígenas en empleos inferiores y barrios apartados.
CONSECUENCIAS EN LAS METRÓPOLIS
Por el contrario, las potencias europeas, sin otro sacrificio que el riesgo de lo desconocido, obtuvieron ventajas indudables.
En el orden demográfico las colonias de poblamiento constituyeron áreas geográficas para resolver los excedentes de mano de obra en una crisis económica, como ocurrió en los años difíciles para la economía británica.
En otros casos fue la salida de urgencia en crisis políticas. Muchos franceses huyeron a Argelia tras la represión de 1848. Y bastantes alsacianos prefirieron vivir en África antes que bajo dominio alemán después de la guerra de 1870. No obstante, hay que aclarar que el núcleo principal de la emigración europea no se dirigió a las nuevas colonias sino a las naciones independientes, ex colonias como Estados Unidos, Canadá y Argentina.
En el orden económico, ultramar incrementó las posibilidades de inversión de capitales y multiplicó los beneficios. Gran Bretaña obtuvo rentas de 35 millones de libras esterlinas en 1870 y más de cien millones en 1900, en una espiral de rentabilidad que alcanzó los doscientos millones en 1913. Un aspecto básico fue la obtención de materias primas a bajo coste. Caucho, algodón, fosfatos, lana, proveyeron a la industria europea. Las colonias suponían un área preferente para las metrópolis. A pesar de ello no deben exagerarse las ventajas, porque en el caso francés se ha comprobado que sólo una parte de los negocios galos se hacia en las colonias en vísperas de la Primera Guerra Mundial.
También habrían de anotarse repercusiones psicológicas, en torno a la idea de la supremacía blanca y europea. Rudyard Kipling seria el máximo cantor de la supremacía inglesa, apoyada en el Imperio.
En el orden de las relaciones internacionales, las potencias coloniales, por el mero hecho de su condición de metrópolis de imperios, disfrutaron durante la era del imperialismo de un rango que les proporcionaba ventajas en los Congresos, aunque su agenda no incluyera asuntos de la colonización; más se escuchaba a Londres o a Paris, o a Berlín cuando Alemania se convirtió en potencia colonial, que a gobiernos europeos que no administraban colonias o que habían perdido posiciones, como ocurrió al gobierno de Madrid.
EXPLOTACIÓN COLONIAL: explotación de las colonias y de los estados dependientes por los imperialistas. La explotación colonial existía ya bajo el régimen de esclavitud —por ejemplo en la antigua Roma— en forma de expoliación directa, imposición de tributos a los pueblos sometidos y comercio de esclavos. Bajo el imperialismo, la explotación colonial se caracteriza por sus dimensiones, incomparablemente mayores (pues los imperialistas esclavizan a la inmensa mayoría de la población mundial) así como por la aparición de nuevos métodos de opresión, en gran medida velados, más no por ello menos duros. Los imperialistas utilizan ampliamente en el comercio colonial el intercambio no equivalente, creando las denominadas “tijeras de los precios”: en los países coloniales y dependientes venden sus mercancías a altos precios de monopolio y compran a precios bajos las materias primas la fuerza de trabajo y otras mercancías. Utilizan las colonias como fuente de materias primas baratas y como esferas de inversión —sumamente rentable— de capital, dado que en las colonias son muy baratas la mano de obra, la tierra, las materias primas y casi no existen capitales propios. Desde las metrópolis se exportan capitales en forma de préstamos y de inversiones monetarias en la industria, en la agricultura, en el comercio, etc. Por regla general, en las colonias se fundan empresas en la industria extractiva y en la industria ligera. Los imperialistas sólo toleran que en las colonias se desarrolle la economía en una o en muy pocas y limitadas direcciones: para ligarlas más fuertemente a las metrópolis, convierten a las colonias en apéndices agrarios y proveedores de materias primas, con una economía de monocultivo, de desarrollo unilateral. También las someten a la coerción extraeconómica. El sostenimiento de nutridísimos organismos de gestión, de una numerosísima administración militar y de “consejeros” asimismo militares corre a cargo de los presupuestos de las colonias. Los imperialistas obligan a los pueblos de tales países a sostener en tiempo de paz un ejercito y una administración extranjeros, es decir, a pagar el valor de las cadenas que los sujetan. Perciben de los pueblos coloniales una cantidad enorme de todo género de impuestos, exacciones y pagos. Las colonias también se explotan como plazas de armas estratégico-militares del imperialismo y como abastecedoras de carne de cañón
barata, de soldados para las guerras imperialistas. Los monopolios capitalistas procuran conservar en las colonias las formas más brutales de yugo feudal y servil, el trabajo forzado, el sistema de peonaje —que es una forma encubierta de la esclavitud—, la usura, etc. En las colonias se establece la discriminación racial en los salarios, en la enseñanza, en la administración del país y en otras esferas de la vida social. A la vez que extraen de las colonias enormes beneficios, los imperialistas mantienen a los pueblos coloniales no sólo en la miseria sino, además, en la ignorancia; en varios países coloniales, el analfabetismo llega entre los hombres al 95 %, y entre las mujeres, al 99 — 100%. Prácticamente no existen servicios médicos para la población nativa. La implacable explotación de los monopolios y la expoliación directa a que los imperialistas han sometido a los pueblos de los países coloniales y dependientes han provocado el auge del movimiento de liberación nacional de los pueblos de las colonias, movimiento que en la actualidad ha conducido a la desintegración y al hundimiento del sistema colonial del imperialismo.
Y no explotaban caasas...si no eran terroristas XD XD JAJAJA si te sirvio marcala como la mejor porfa
La repercusión sobre los países colonizados fue inmensa. Miége dice gráficamente que surge una nueva geografía. El impacto de Europa se deja sentir en primer lugar en las costas, donde se construyen puertos con instalaciones modernas; más tarde en el interior, al que se accede por vías férreas. Surge una nueva estructura de las comunicaciones.
En todas partes se intentó fomentar un cultivo básico, por ejemplo el caucho en Indochina, el cacao en Nigeria, el café en Tanganika. La producción aumentó. En Argelia los viñedos se multiplicaron por cuatro entre 1881 y 1895; Indochina exportaba en 1900 un millón de toneladas de arroz. Las colonias compran productos a la metrópoli; la economía de mercado suscita la necesidad del papel moneda, con lo que la economía monetaria se yuxtapone a la de subsistencia, característica del período precolonial.
En el orden demográfico se consiguen las primeras victorias contra las enfermedades tropicales, se instalan hospitales y se aplican terapéuticas europeas; pero, al mismo tiempo, el progreso de las comunicaciones permite una difusión más rápida de las epidemias, y el contacto con los europeos provocó en algunas sociedades una disminución de la población, como en Nuevas Hébridas, donde se redujo a 1/20 desde principios del siglo XIX. En general, el descenso de la mortalidad, con mantenimiento de una natalidad alta, favoreció el incremento de la población.
Las sociedades indígenas experimentaron transformaciones profundas. La vida urbana rompió las estructuras tribales. Una burguesía de negociantes y funcionarios se instaló en los niveles más altos de la escala social. Incluso en el campo se produjeron cambios, con la introducción de nuevas plantas, la extensión de la agricultura comercial y la moneda.
En el orden intelectual misioneros, escuelas, edición de periódicos produjeron un retroceso del analfabetismo. Pero, por otra parte, el impacto de la cultura occidental hizo perder su identidad a las culturas indígenas, perturbó sus creencias y tradiciones. Este drama de la aculturación explica que los movimientos nacionalistas hayan levantado como bandera en la descolonización la recuperación de la cultura nacional.
Es indudable que pueden hallarse bastantes aporta-clones positivas, pero en el conjunto predominan las negativas; las viejas civilizaciones fueron destruidas, sus lenguas desplazadas, la industrialización prohibida, en algunas zonas se produjo la segregación racial, el mantenimiento de los indígenas en empleos inferiores y barrios apartados.
CONSECUENCIAS EN LAS METRÓPOLIS
Por el contrario, las potencias europeas, sin otro sacrificio que el riesgo de lo desconocido, obtuvieron ventajas indudables.
En el orden demográfico las colonias de poblamiento constituyeron áreas geográficas para resolver los excedentes de mano de obra en una crisis económica, como ocurrió en los años difíciles para la economía británica.
En otros casos fue la salida de urgencia en crisis políticas. Muchos franceses huyeron a Argelia tras la represión de 1848. Y bastantes alsacianos prefirieron vivir en África antes que bajo dominio alemán después de la guerra de 1870. No obstante, hay que aclarar que el núcleo principal de la emigración europea no se dirigió a las nuevas colonias sino a las naciones independientes, ex colonias como Estados Unidos, Canadá y Argentina.
En el orden económico, ultramar incrementó las posibilidades de inversión de capitales y multiplicó los beneficios. Gran Bretaña obtuvo rentas de 35 millones de libras esterlinas en 1870 y más de cien millones en 1900, en una espiral de rentabilidad que alcanzó los doscientos millones en 1913. Un aspecto básico fue la obtención de materias primas a bajo coste. Caucho, algodón, fosfatos, lana, proveyeron a la industria europea. Las colonias suponían un área preferente para las metrópolis. A pesar de ello no deben exagerarse las ventajas, porque en el caso francés se ha comprobado que sólo una parte de los negocios galos se hacia en las colonias en vísperas de la Primera Guerra Mundial.
También habrían de anotarse repercusiones psicológicas, en torno a la idea de la supremacía blanca y europea. Rudyard Kipling seria el máximo cantor de la supremacía inglesa, apoyada en el Imperio.
En el orden de las relaciones internacionales, las potencias coloniales, por el mero hecho de su condición de metrópolis de imperios, disfrutaron durante la era del imperialismo de un rango que les proporcionaba ventajas en los Congresos, aunque su agenda no incluyera asuntos de la colonización; más se escuchaba a Londres o a Paris, o a Berlín cuando Alemania se convirtió en potencia colonial, que a gobiernos europeos que no administraban colonias o que habían perdido posiciones, como ocurrió al gobierno de Madrid.
EXPLOTACIÓN COLONIAL: explotación de las colonias y de los estados dependientes por los imperialistas. La explotación colonial existía ya bajo el régimen de esclavitud —por ejemplo en la antigua Roma— en forma de expoliación directa, imposición de tributos a los pueblos sometidos y comercio de esclavos. Bajo el imperialismo, la explotación colonial se caracteriza por sus dimensiones, incomparablemente mayores (pues los imperialistas esclavizan a la inmensa mayoría de la población mundial) así como por la aparición de nuevos métodos de opresión, en gran medida velados, más no por ello menos duros. Los imperialistas utilizan ampliamente en el comercio colonial el intercambio no equivalente, creando las denominadas “tijeras de los precios”: en los países coloniales y dependientes venden sus mercancías a altos precios de monopolio y compran a precios bajos las materias primas la fuerza de trabajo y otras mercancías. Utilizan las colonias como fuente de materias primas baratas y como esferas de inversión —sumamente rentable— de capital, dado que en las colonias son muy baratas la mano de obra, la tierra, las materias primas y casi no existen capitales propios. Desde las metrópolis se exportan capitales en forma de préstamos y de inversiones monetarias en la industria, en la agricultura, en el comercio, etc. Por regla general, en las colonias se fundan empresas en la industria extractiva y en la industria ligera. Los imperialistas sólo toleran que en las colonias se desarrolle la economía en una o en muy pocas y limitadas direcciones: para ligarlas más fuertemente a las metrópolis, convierten a las colonias en apéndices agrarios y proveedores de materias primas, con una economía de monocultivo, de desarrollo unilateral. También las someten a la coerción extraeconómica. El sostenimiento de nutridísimos organismos de gestión, de una numerosísima administración militar y de “consejeros” asimismo militares corre a cargo de los presupuestos de las colonias. Los imperialistas obligan a los pueblos de tales países a sostener en tiempo de paz un ejercito y una administración extranjeros, es decir, a pagar el valor de las cadenas que los sujetan. Perciben de los pueblos coloniales una cantidad enorme de todo género de impuestos, exacciones y pagos. Las colonias también se explotan como plazas de armas estratégico-militares del imperialismo y como abastecedoras de carne de cañón
barata, de soldados para las guerras imperialistas. Los monopolios capitalistas procuran conservar en las colonias las formas más brutales de yugo feudal y servil, el trabajo forzado, el sistema de peonaje —que es una forma encubierta de la esclavitud—, la usura, etc. En las colonias se establece la discriminación racial en los salarios, en la enseñanza, en la administración del país y en otras esferas de la vida social. A la vez que extraen de las colonias enormes beneficios, los imperialistas mantienen a los pueblos coloniales no sólo en la miseria sino, además, en la ignorancia; en varios países coloniales, el analfabetismo llega entre los hombres al 95 %, y entre las mujeres, al 99 — 100%. Prácticamente no existen servicios médicos para la población nativa. La implacable explotación de los monopolios y la expoliación directa a que los imperialistas han sometido a los pueblos de los países coloniales y dependientes han provocado el auge del movimiento de liberación nacional de los pueblos de las colonias, movimiento que en la actualidad ha conducido a la desintegración y al hundimiento del sistema colonial del imperialismo.
Y no explotaban caasas...si no eran terroristas XD XDJAJAJA si te sirvio marcala como la mejor porfa