Estar limpio implica que eliminemos la suciedad y la grasa que recogemos de nuestro medio ambiente, retirar el sudor y el exceso de grasa de la piel es una de las acciones que lo hacemos a todas horas.
El agua sola no basta para eliminar el aceite y la grasa, ya que estos materiales son insolubles en agua, es por eso la importancia de los jabones o detergentes como agentes de limpieza personal y de nuestras vestimentas, respectivamente.
¿Cómo se preparan los jabones?
Se inicia llevando a punto de ebullición los triglicéridos (grasas y aceites) con una disolución acuosa de hidróxido de sodio o de potasio.
Esta reacción se llama Saponificación (del latín saponem, que significa jabón).
El jabón se cuece en una caldera de acero con serpentines de vapor; primero se introducen las grasas y seguidamente se añade la soda cáustica poco a poco, a lo largo de varias horas, para que el jabón se separe y suba a la superficie se utiliza salmuera.
Estar limpio implica que eliminemos la suciedad y la grasa que recogemos de nuestro medio ambiente, retirar el sudor y el exceso de grasa de la piel es una de las acciones que lo hacemos a todas horas.
El agua sola no basta para eliminar el aceite y la grasa, ya que estos materiales son insolubles en agua, es por eso la importancia de los jabones o detergentes como agentes de limpieza personal y de nuestras vestimentas, respectivamente.
¿Cómo se preparan los jabones?
Se inicia llevando a punto de ebullición los triglicéridos (grasas y aceites) con una disolución acuosa de hidróxido de sodio o de potasio.
Esta reacción se llama Saponificación (del latín saponem, que significa jabón).
El jabón se cuece en una caldera de acero con serpentines de vapor; primero se introducen las grasas y seguidamente se añade la soda cáustica poco a poco, a lo largo de varias horas, para que el jabón se separe y suba a la superficie se utiliza salmuera.