Numerosas esponjas producen exoesqueletos calcáreos o silíceos que les confieren rigidez y protección frente a los depredadores. Un estudio ha demostrado que la mineralización de ese esqueleto en un grupo de esponjas, entre las que destacan los géneros Hemimycale y Crella, se halla mediada por un tipo de bacterias simbióticas. Dentro de las esponjas residen miles de bacterias productoras de precipitados de carbonato cálcico (CaCO3) que se acumulan en la periferia del animal a modo de un esqueleto rudimentario, o protoesqueleto.
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Numerosas esponjas producen exoesqueletos calcáreos o silíceos que les confieren rigidez y protección frente a los depredadores. Un estudio ha demostrado que la mineralización de ese esqueleto en un grupo de esponjas, entre las que destacan los géneros Hemimycale y Crella, se halla mediada por un tipo de bacterias simbióticas. Dentro de las esponjas residen miles de bacterias productoras de precipitados de carbonato cálcico (CaCO3) que se acumulan en la periferia del animal a modo de un esqueleto rudimentario, o protoesqueleto.