La construcción de la trama es verdaderamente original y arriesgada. Un poderoso empresario y hombre de negocios, un verdadero tiburón imbatible a la hora de invertir y cuyos movimientos son seguidos con extrema atención por el mundo de los negocios, aparece muerto, con un tiro en el ojo, en un cobertizo anejo a su mansión. El propietario de un diario de gran tirada contrata a Philip Trent, periodista, pintor y detective aficionado que ha resuelto con éxito otros casos, para que investigue la verdad y escriba la crónica en el periódico. Las sospechas se centran en la esposa, Mabel, en primer lugar, una interesante y sugestiva joven bastantes años menor que su marido. Trent inicia sus investigaciones y pronto el secretario del magnate, Marlowe, joven eficiente y bien parecido, llama también la atención de Trent De hecho, estos dos son los únicos sospechosos. El resto del reparto —un tío de la viuda, el señor Cupples; otro secretario (Bunner, norteamericano como el magnate), un criado y demás personal del servicio— cumple un papel de acompañantes de la acción. Si ya es difícil mantener el suspense con sólo dos sospechosos, cuando a mitad de la novela Trent anuncia haber resuelto el caso, la sorpresa del lector es total. Trent envía su crónica al periódico explicando sólo el procedimiento del crimen tal cual sucedió. También entrega el manuscrito completo a cierta persona advirtiendo que de ésta depende que dé a conocer su investigación en su totalidad. La conclusión de la vista preliminar es “asesinato por persona o personas desconocidas”.
Seguir adelante con tan escasas posibilidades de continuar atrayendo al lector con el misterio resuelto es una hazaña: la que consigue el autor. Tiempo después Trent regresa de un viaje realizado para poner tierra por medio. ¿Por qué vuelve al lugar del crimen? La novela sigue su curso por la misma razón por la que vuelve y se complica con una reprimida relación amorosa, lo cual hará que lleguen a salir a la luz la acción de un ingenio diabólico con una coda no menos ingeniosa y la verdadera razón del regreso de Trent.
La novela es una obra maestra del género, escrita en estilo elegante y con un estupendo estudio de caracteres. Revolucionó, ciertamente, la imagen del investigador tal como se concebía hasta entonces. Alteró y modificó la “manera” tradicional de las tramas de intriga poniendo el talento por encima de la sorpresa sin renunciar a ésta y, quizá consciente de lo extraordinario de su intrincada creación, hizo desaparecer a Trent durante 23 años, al cabo de los cuales escribió un adiós definitivo: Trent’s own case. Debo decir que es un libro que no me canso de leer, lo que en una obra de intriga tiene un mérito añadido.
Respuesta:
La construcción de la trama es verdaderamente original y arriesgada. Un poderoso empresario y hombre de negocios, un verdadero tiburón imbatible a la hora de invertir y cuyos movimientos son seguidos con extrema atención por el mundo de los negocios, aparece muerto, con un tiro en el ojo, en un cobertizo anejo a su mansión. El propietario de un diario de gran tirada contrata a Philip Trent, periodista, pintor y detective aficionado que ha resuelto con éxito otros casos, para que investigue la verdad y escriba la crónica en el periódico. Las sospechas se centran en la esposa, Mabel, en primer lugar, una interesante y sugestiva joven bastantes años menor que su marido. Trent inicia sus investigaciones y pronto el secretario del magnate, Marlowe, joven eficiente y bien parecido, llama también la atención de Trent De hecho, estos dos son los únicos sospechosos. El resto del reparto —un tío de la viuda, el señor Cupples; otro secretario (Bunner, norteamericano como el magnate), un criado y demás personal del servicio— cumple un papel de acompañantes de la acción. Si ya es difícil mantener el suspense con sólo dos sospechosos, cuando a mitad de la novela Trent anuncia haber resuelto el caso, la sorpresa del lector es total. Trent envía su crónica al periódico explicando sólo el procedimiento del crimen tal cual sucedió. También entrega el manuscrito completo a cierta persona advirtiendo que de ésta depende que dé a conocer su investigación en su totalidad. La conclusión de la vista preliminar es “asesinato por persona o personas desconocidas”.
Seguir adelante con tan escasas posibilidades de continuar atrayendo al lector con el misterio resuelto es una hazaña: la que consigue el autor. Tiempo después Trent regresa de un viaje realizado para poner tierra por medio. ¿Por qué vuelve al lugar del crimen? La novela sigue su curso por la misma razón por la que vuelve y se complica con una reprimida relación amorosa, lo cual hará que lleguen a salir a la luz la acción de un ingenio diabólico con una coda no menos ingeniosa y la verdadera razón del regreso de Trent.
La novela es una obra maestra del género, escrita en estilo elegante y con un estupendo estudio de caracteres. Revolucionó, ciertamente, la imagen del investigador tal como se concebía hasta entonces. Alteró y modificó la “manera” tradicional de las tramas de intriga poniendo el talento por encima de la sorpresa sin renunciar a ésta y, quizá consciente de lo extraordinario de su intrincada creación, hizo desaparecer a Trent durante 23 años, al cabo de los cuales escribió un adiós definitivo: Trent’s own case. Debo decir que es un libro que no me canso de leer, lo que en una obra de intriga tiene un mérito añadido.