Esta cultura se desarrolló a orillas del Mar Mediterráneo, por lo cual desarrollo en gran medida su navegación y el comercio, intentando las primeras monedas de la Historia
La historia de la región mediterránea es la de la interacción entre las culturas y la gente de las tierras que rodean sus costas, la vía principal de transporte para el intercambio comercial y cultural entre los diversos pueblos hasta la llegada del ferrocarril y el transporte aéreo. El conocimiento de esta historia es importante para entender el origen y desarrollo de Mesopotamia, Egipto, Persia, Fenicia, así como el de los pueblos judío, griego, latinos (Italia, Francia, España y Portugal), árabes y la cultura otomana, y por lo tanto es necesario para comprender el posterior desarrollo de la civilización occidental.
El mar mediterráneo ha sido uno de los más importantes para el ser humano debido a que es poco profundo y tiene escasas corrientes lo que facilita la navegación. Sus riberas tienen un clima templado con veranos secos y calurosos así como inviernos con heladas y lluvias suficientes para la agricultura. Además sus islas están a poca distancia de los territorios continentales lo que ha facilitado el contacto entre los pueblos y el traslado de mercancías.
La historia de la región mediterránea es la de la interacción entre las culturas y la gente de las tierras que rodean sus costas, la vía principal de transporte para el intercambio comercial y cultural entre los diversos pueblos hasta la llegada del ferrocarril y el transporte aéreo. El conocimiento de esta historia es importante para entender el origen y desarrollo de Mesopotamia, Egipto, Persia, Fenicia, así como el de los pueblos judío, griego, latinos (Italia, Francia, España y Portugal), árabes y la cultura otomana, y por lo tanto es necesario para comprender el posterior desarrollo de la civilización occidental. El mar mediterráneo ha sido uno de los más importantes para el ser humano debido a que es poco profundo y tiene escasas corrientes lo que facilita la navegación. Sus riberas tienen un clima templado con veranos secos y calurosos así como inviernos con heladas y lluvias suficientes para la agricultura. Además sus islas están a poca distancia de los territorios continentales lo que ha facilitado el contacto entre los pueblos y el traslado de mercancías.