La invocación a los héroes que estuvieron involucrados en los procesos independentistas del siglo XIX ha sido una práctica recurrente de las distintas fuerzas políticas
de derecha e izquierda de Latinoamérica. Germán Colmenares ubicó el surgimiento
del héroe en la historiografía hispanoamericana en el siglo XIX. Su aparición respondía a la necesidad de construir un epos patriótico y facilitar la popularización de la
historia patria, recurriendo a una forma (convención) narrativa particular
. En cada
país la historiografía doméstica acudió al héroe para construir un relato en donde el
cauce biográfico sirviera a su vez de representación simbólica de una entidad colectiva: “En la invención del héroe contribuían ciertas formas básicas de autorrepresentarse, así fueran contradictorias, con los cuales cada pueblo prefería identificarse”
.
Sin lugar a dudas, una de las invocaciones más conocidas en Latinoamérica es la
de Simón Bolívar, a tal punto que algunos historiadores han hablado de la existencia
de un verdadero culto a su persona.
a tal punto que algunos historiadores han hablado de la existencia
de un verdadero culto a su persona
. La invocación al caraqueño comenzó después
de su muerte en diciembre de 1830, y en vez de diluirse con el paso de los años, se ha
reforzado de forma notable, en gran parte debido a un conjunto de acontecimientos
políticos ocurridos en la región, como la llegada al poder del presidente venezolano
Hugo Chávez Frías o el surgimiento de movimientos sociales que han construido
sus identidades políticas, acudiendo a figuras históricas de Latinoamérica. En efecto,
como ningún otro líder contemporáneo, el referido mandatario ha hecho de Simón
Bolívar un referente político e ideológico, “recuperándolo” para relacionarlo con el
proyecto de gobierno que impulsa desde hace algunos años
Lo anterior se puede
observar cuando se lee el Artículo 1º de la Carta Magna: “La República Bolivariana
de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio
moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina
de Simón Bolívar, el Libertador”.
De esa manera, la invocación a Bolívar estimulada en este caso por sectores políticos de izquierda, se ha convertido en un “culto movilizador”7
. Desde luego, esa
invocación ha suscitado intensos debates políticos e historiográficos en Venezuela y
la región, y en ellos han sobresalido “las reacciones de historiadores profesionales
que de alguna manera esgrimen la pretensión de ser los verdaderos intérpretes del
Libertador”8
. La derecha, por ejemplo, no ha renunciado a la invocación de Bolívar,
y en el caso colombiano Álvaro Uribe Vélez ha buscado justificar ideológicamente
sus políticas acudiendo a la figura del caraqueño9
.
Existen otros ejemplos que permiten establecer que la invocación permanente
a los héroes ha sido una característica dominante en los países latinoamericanos. Si
bien no tiene la misma proyección continental que ha alcanzado la figura de Simón
Bolívar, el caso de José Martí en Cuba es elocuente. Fidel Castro ha considerado al
Apóstol cubano -así es conocido Martí en la isla-, uno de los artífices del proceso
revolucionario que se inició en 1959. En su célebre defensa de 1953, Castro invocó
permanentemente a Martí para relacionarlo con el fracasado levantamiento armado
contra el Cuartel Moncada que el primero lideró y que le significó la prisión.
En esa ocasión Castro expresó:
"Vivimos orgullosos de la historia de nuestra Patria: la aprendimos en la escuela
y hemos crecido oyendo hablar de libertad, de justicia y de derechos. Se nos
enseñó a venerar desde temprano el ejemplo glorioso de nuestros héroes y de
nuestros mártires. Céspedes, Agromonte, Maceo, Gómez y Martí fueron los
primeros nombres que se grabaron en nuestro cerebro"
Y más adelante agregó:
"Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que su memoria
se extinguiría para siempre, ¡tanta era la afrenta! Pero vive, no ha muerto, su
pueblo es rebelde, su pueblo es digno, su pueblo es fiel a su recuerdo; hay cubanos que han caído defendiendo sus doctrinas, hay jóvenes que en magnifico
desagravio vinieron a morir junto a su tumba, a darle su sangre y su vida para
que él siga viviendo en el alma de la Patria. ¡Cuba, qué sería de ti si hubieras
dejado morir a tu Apóstol!"
Otro caso que ilustra la presencia del héroe independentista en la sociedad es
Uruguay, en donde desde hace varias décadas existe una disputa entre sectores políticos distintos por la apropiación de la figura del líder José Artigas. Desde luego,
en esas disputas la izquierda armada y no armada uruguaya ha jugado un papel
destacado, reivindicando especialmente los propósitos agrarios que en vida trató de
impulsar Artigas12.
En el caso colombiano, la invocación a los próceres de la Independencia por
parte de movimientos ubicados en la izquierda política parece no tener una larga
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La invocación a los héroes que estuvieron involucrados en los procesos independentistas del siglo XIX ha sido una práctica recurrente de las distintas fuerzas políticas
de derecha e izquierda de Latinoamérica. Germán Colmenares ubicó el surgimiento
del héroe en la historiografía hispanoamericana en el siglo XIX. Su aparición respondía a la necesidad de construir un epos patriótico y facilitar la popularización de la
historia patria, recurriendo a una forma (convención) narrativa particular
. En cada
país la historiografía doméstica acudió al héroe para construir un relato en donde el
cauce biográfico sirviera a su vez de representación simbólica de una entidad colectiva: “En la invención del héroe contribuían ciertas formas básicas de autorrepresentarse, así fueran contradictorias, con los cuales cada pueblo prefería identificarse”
.
Sin lugar a dudas, una de las invocaciones más conocidas en Latinoamérica es la
de Simón Bolívar, a tal punto que algunos historiadores han hablado de la existencia
de un verdadero culto a su persona.
a tal punto que algunos historiadores han hablado de la existencia
de un verdadero culto a su persona
. La invocación al caraqueño comenzó después
de su muerte en diciembre de 1830, y en vez de diluirse con el paso de los años, se ha
reforzado de forma notable, en gran parte debido a un conjunto de acontecimientos
políticos ocurridos en la región, como la llegada al poder del presidente venezolano
Hugo Chávez Frías o el surgimiento de movimientos sociales que han construido
sus identidades políticas, acudiendo a figuras históricas de Latinoamérica. En efecto,
como ningún otro líder contemporáneo, el referido mandatario ha hecho de Simón
Bolívar un referente político e ideológico, “recuperándolo” para relacionarlo con el
proyecto de gobierno que impulsa desde hace algunos años
Lo anterior se puede
observar cuando se lee el Artículo 1º de la Carta Magna: “La República Bolivariana
de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio
moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina
de Simón Bolívar, el Libertador”.
De esa manera, la invocación a Bolívar estimulada en este caso por sectores políticos de izquierda, se ha convertido en un “culto movilizador”7
. Desde luego, esa
invocación ha suscitado intensos debates políticos e historiográficos en Venezuela y
la región, y en ellos han sobresalido “las reacciones de historiadores profesionales
que de alguna manera esgrimen la pretensión de ser los verdaderos intérpretes del
Libertador”8
. La derecha, por ejemplo, no ha renunciado a la invocación de Bolívar,
y en el caso colombiano Álvaro Uribe Vélez ha buscado justificar ideológicamente
sus políticas acudiendo a la figura del caraqueño9
.
Existen otros ejemplos que permiten establecer que la invocación permanente
a los héroes ha sido una característica dominante en los países latinoamericanos. Si
bien no tiene la misma proyección continental que ha alcanzado la figura de Simón
Bolívar, el caso de José Martí en Cuba es elocuente. Fidel Castro ha considerado al
Apóstol cubano -así es conocido Martí en la isla-, uno de los artífices del proceso
revolucionario que se inició en 1959. En su célebre defensa de 1953, Castro invocó
permanentemente a Martí para relacionarlo con el fracasado levantamiento armado
contra el Cuartel Moncada que el primero lideró y que le significó la prisión.
En esa ocasión Castro expresó:
"Vivimos orgullosos de la historia de nuestra Patria: la aprendimos en la escuela
y hemos crecido oyendo hablar de libertad, de justicia y de derechos. Se nos
enseñó a venerar desde temprano el ejemplo glorioso de nuestros héroes y de
nuestros mártires. Céspedes, Agromonte, Maceo, Gómez y Martí fueron los
primeros nombres que se grabaron en nuestro cerebro"
Y más adelante agregó:
"Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que su memoria
se extinguiría para siempre, ¡tanta era la afrenta! Pero vive, no ha muerto, su
pueblo es rebelde, su pueblo es digno, su pueblo es fiel a su recuerdo; hay cubanos que han caído defendiendo sus doctrinas, hay jóvenes que en magnifico
desagravio vinieron a morir junto a su tumba, a darle su sangre y su vida para
que él siga viviendo en el alma de la Patria. ¡Cuba, qué sería de ti si hubieras
dejado morir a tu Apóstol!"
Otro caso que ilustra la presencia del héroe independentista en la sociedad es
Uruguay, en donde desde hace varias décadas existe una disputa entre sectores políticos distintos por la apropiación de la figura del líder José Artigas. Desde luego,
en esas disputas la izquierda armada y no armada uruguaya ha jugado un papel
destacado, reivindicando especialmente los propósitos agrarios que en vida trató de
impulsar Artigas12.
En el caso colombiano, la invocación a los próceres de la Independencia por
parte de movimientos ubicados en la izquierda política parece no tener una larga
Explicación: