Han sucedido tantas cosas, y en tan poco tiempo, que no resulta fácil seleccionar alguna temática sin dejarnos fuera otras igualmente relevantes. Probablemente nos pasaremos los próximos años debatiendo sobre lo acontecido, entre otros motivos, por la escasa información que aun hoy tenemos sobre la apisonadora que ha triturado nuestro estilo de vida. Pues bien, he seleccionado, de entre las innumerables que podríamos estudiar, cuatro narrativas. En concreto, la pandemia como refriega entre neokantianos y utilitaristas; como datificación de rebaño; como ajuste de cuentas epistemológico y como singularidad española. Con este análisis podremos interrelacionar, aunque sea de forma breve, las implicaciones éticas, jurídicas, políticas y científicas de una historia que recién ha comenzado.
El 5G no ha llegado a tiempo por poco, para bien, y para mal. En efecto, si dispusiéramos de esta tecnología, sabríamos quiénes son los asintomáticos, quiénes han superado la enfermedad, etc.5 Un ejército de aparatos electrónicos comunicaría a las autoridades en tiempo real nuestra temperatura corporal, nuestras rutas, nuestros contactos, etc. El confinamiento no existiría y el colapso sanitario y económico tampoco. Neokantianos y utilitaristas seguirían con sus pasatiempos académicos y la pesadilla de la escasez de respiradores no se habría hecho insoportable ante nuestros ojos.
Pero, por otro lado, y esta vez para bien, dicha tecnología tampoco está disponible en estos momentos, Porque este es el mundo que nos espera. A pesar del sufrimiento causado por la situación actual, está por ver que la seguridad que nos va a proporcionar conectarnos permanentemente a internet sea un futuro más deseable. La tan ansiada inmunidad de rebaño va a sustituirse por la datificación de rebaño, esto es, por la conexión permanente y omnímoda a unas bases de datos centralizadas e insaciables. La recolección, análisis y centralización de la información que generan los seres humanos, desde la salud hasta las facetas más íntimas, nos traslada inevitablemente a una distopía tecnológica, contra la que será prácticamente imposible luchar.
En efecto, hasta hace poco tiempo, existían espacios adonde el poder político no podía llegar. El campo, el desierto, otro país, otro continente, etc., servía de refugio para huir. En breve, esto no será posible. Resulta razonable inferir de lo que ha sucedido que serán nuestros cuerpos quienes estén permanentemente conectados, con lo que la opción de no llevar el teléfono móvil encima no será viable. Además, el espacio exterior, calles, vehículos, bosques o costas estarán también conectados, de ahí que no será posible aislarse físicamente de la red. Desde esta perspectiva, y vista la experiencia de estos días, no sabemos qué es más preocupante, si la facilidad con que operadoras telefónicas, bancos y multinacionales de internet se han prestado a facilitar nuestros datos a las autoridades, o la docilidad colectiva ante tamaño despropósito.
espero haberte ayudado no me denuncies lo hise con cariño
Respuesta:
pues yo entiendo que ensayo
Explicación:
RESUMEN
Han sucedido tantas cosas, y en tan poco tiempo, que no resulta fácil seleccionar alguna temática sin dejarnos fuera otras igualmente relevantes. Probablemente nos pasaremos los próximos años debatiendo sobre lo acontecido, entre otros motivos, por la escasa información que aun hoy tenemos sobre la apisonadora que ha triturado nuestro estilo de vida. Pues bien, he seleccionado, de entre las innumerables que podríamos estudiar, cuatro narrativas. En concreto, la pandemia como refriega entre neokantianos y utilitaristas; como datificación de rebaño; como ajuste de cuentas epistemológico y como singularidad española. Con este análisis podremos interrelacionar, aunque sea de forma breve, las implicaciones éticas, jurídicas, políticas y científicas de una historia que recién ha comenzado.
Palabras clave: pandemia; triaje; biotecnología; datificación; derechos fundamentales; toma de decisiones
El 5G no ha llegado a tiempo por poco, para bien, y para mal. En efecto, si dispusiéramos de esta tecnología, sabríamos quiénes son los asintomáticos, quiénes han superado la enfermedad, etc.5 Un ejército de aparatos electrónicos comunicaría a las autoridades en tiempo real nuestra temperatura corporal, nuestras rutas, nuestros contactos, etc. El confinamiento no existiría y el colapso sanitario y económico tampoco. Neokantianos y utilitaristas seguirían con sus pasatiempos académicos y la pesadilla de la escasez de respiradores no se habría hecho insoportable ante nuestros ojos.
Pero, por otro lado, y esta vez para bien, dicha tecnología tampoco está disponible en estos momentos, Porque este es el mundo que nos espera. A pesar del sufrimiento causado por la situación actual, está por ver que la seguridad que nos va a proporcionar conectarnos permanentemente a internet sea un futuro más deseable. La tan ansiada inmunidad de rebaño va a sustituirse por la datificación de rebaño, esto es, por la conexión permanente y omnímoda a unas bases de datos centralizadas e insaciables. La recolección, análisis y centralización de la información que generan los seres humanos, desde la salud hasta las facetas más íntimas, nos traslada inevitablemente a una distopía tecnológica, contra la que será prácticamente imposible luchar.
En efecto, hasta hace poco tiempo, existían espacios adonde el poder político no podía llegar. El campo, el desierto, otro país, otro continente, etc., servía de refugio para huir. En breve, esto no será posible. Resulta razonable inferir de lo que ha sucedido que serán nuestros cuerpos quienes estén permanentemente conectados, con lo que la opción de no llevar el teléfono móvil encima no será viable. Además, el espacio exterior, calles, vehículos, bosques o costas estarán también conectados, de ahí que no será posible aislarse físicamente de la red. Desde esta perspectiva, y vista la experiencia de estos días, no sabemos qué es más preocupante, si la facilidad con que operadoras telefónicas, bancos y multinacionales de internet se han prestado a facilitar nuestros datos a las autoridades, o la docilidad colectiva ante tamaño despropósito.
espero haberte ayudado no me denuncies lo hise con cariño