Cuando nosotros decidimos aceptar a Dios en nuestras vidas, él se manifiesta en nosotros, nos envía su espíritu. Nos limpia como la blanca lana y nos reconstruye como nuevas vasijas. Un arbol bueno, dará frutos buenos, si el espíritu de Dios, habita en nosotros, nosotros daremos de sus frutos, trataremos de no pecar y seguir el ejemplo de Jesús, bendeciremos a los que nos maldicen, seremos pacientes y amorosos, y tendremos de esa paz que nadie más puede entender. Esa paz que se siente en medio de la tormenta.
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Explicación paso a paso:
Cuando nosotros decidimos aceptar a Dios en nuestras vidas, él se manifiesta en nosotros, nos envía su espíritu. Nos limpia como la blanca lana y nos reconstruye como nuevas vasijas. Un arbol bueno, dará frutos buenos, si el espíritu de Dios, habita en nosotros, nosotros daremos de sus frutos, trataremos de no pecar y seguir el ejemplo de Jesús, bendeciremos a los que nos maldicen, seremos pacientes y amorosos, y tendremos de esa paz que nadie más puede entender. Esa paz que se siente en medio de la tormenta.