El mapa más antiguo del mundo es una tablilla babilonica fechada en el siglo VI aC. Es un diagrama que combina el mapa esquemático central con la descripción de siete islas míticas en medio del osea conectando la tierra y el cielo.
los primeros mapas calificables como históricos, pero en las primeras Geografías de Ptolomeo ya se incluía una tabla antigua de la península ibérica que reproducía las provincias romanas y a continuación un mapa actualizado que corregía la forma de las costas, eliminaba elementos mitológicos, rectificaba la posición de los ríos y trazaba las grandes cadenas montañosas.
Durante los siglos XVI y XVII, los principales cartógrafos flamencos mostraron gran interés por los mapas históricos. Abraham Ortelius fue pionero con la publicación de un atlas denominado Parergón, cuya primera edición se publicó en 1570 y de la que se hicieron varias impresiones hasta completar los 600 ejemplares. En esta obra se compilaban mapas históricos que acercaban al público el mundo clásico de Roma, Grecia, Egipto y sus mitos.
Otro maestro como Mercator también se ocupó de este tipo de cartografía y es autor de un mapa histórico de la península ibérica como homenaje a Ptolomeo, con la paradoja de que jamás publicó, estando vivo, un mapa actualizado de nuestro territorio. Mapas antiguos e históricos han convivido en los atlas de todos los tiempos y algunos de ellos pueden alcanzar las dos categorías.
Los más respetados autores de tratados sobre historia de la cartografía -españoles o extranjeros- emplean la expresión «cartografía antigua» para referirse a los mapas del pasado, y tienen clara la diferencia entre un mapa antiguo y un mapa histórico. Cabe añadir que no hemos encontrado a nadie que afirme que pueden usarse ambos términos indistintamente,
Respuesta:
El mapa más antiguo del mundo es una tablilla babilonica fechada en el siglo VI aC. Es un diagrama que combina el mapa esquemático central con la descripción de siete islas míticas en medio del osea conectando la tierra y el cielo.
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los primeros mapas calificables como históricos, pero en las primeras Geografías de Ptolomeo ya se incluía una tabla antigua de la península ibérica que reproducía las provincias romanas y a continuación un mapa actualizado que corregía la forma de las costas, eliminaba elementos mitológicos, rectificaba la posición de los ríos y trazaba las grandes cadenas montañosas.
Durante los siglos XVI y XVII, los principales cartógrafos flamencos mostraron gran interés por los mapas históricos. Abraham Ortelius fue pionero con la publicación de un atlas denominado Parergón, cuya primera edición se publicó en 1570 y de la que se hicieron varias impresiones hasta completar los 600 ejemplares. En esta obra se compilaban mapas históricos que acercaban al público el mundo clásico de Roma, Grecia, Egipto y sus mitos.
Otro maestro como Mercator también se ocupó de este tipo de cartografía y es autor de un mapa histórico de la península ibérica como homenaje a Ptolomeo, con la paradoja de que jamás publicó, estando vivo, un mapa actualizado de nuestro territorio. Mapas antiguos e históricos han convivido en los atlas de todos los tiempos y algunos de ellos pueden alcanzar las dos categorías.
Los más respetados autores de tratados sobre historia de la cartografía -españoles o extranjeros- emplean la expresión «cartografía antigua» para referirse a los mapas del pasado, y tienen clara la diferencia entre un mapa antiguo y un mapa histórico. Cabe añadir que no hemos encontrado a nadie que afirme que pueden usarse ambos términos indistintamente,