La crisis internacional, la caída del precio del petróleo y el fortalecimiento del dólar son algunos de los factores que convirtieron al pasado 2015 en uno de los años más difíciles para Ecuador desde el inicio de la Revolución Ciudadana. La pérdida de competitividad frente a la devaluación de moneda de los países vecinos y la ausencia de soberanía en política monetaria dejan escaso margen de maniobra a un país que persigue la entrada de divisas a través de las exportaciones y de la ejecución de proyectos estratégicos mediante la participación privada. El acuerdo comercial con la Unión Europea y la entrada de inversionistas extranjeros presentan nuevos desafíos para la economía ecuatoriana a un año de la celebración de las elecciones presidenciales.
En el año 2009, las cosas marchaban bien en Ecuador. La Constitución de Montecristi, aprobada un año antes, reconocía la soberanía del país en diferentes ámbitos, una declaración que, tras décadas de imposiciones neoliberales, tomaba un nuevo significado más allá de la retórica habitual. En ese año, en un gesto simbólico del cambio de época, el país abandonaba la mesa de diálogos para la firma del acuerdo bilateral entre Colombia, Perú y Ecuador, de un lado, y la Unión Europea, de otro, a causa de unos términos poco convenientes para el nuevo rumbo que había tomado el país. Desde la Presidencia se justificó la salida de la negociación como la apuesta por dejar atrás “los tratados comerciales del neoliberalismo, que suponen un libre comercio que no existe en la realidad y que tienden a consolidar estructuras de comercio desigual”
Respuesta:
La crisis internacional, la caída del precio del petróleo y el fortalecimiento del dólar son algunos de los factores que convirtieron al pasado 2015 en uno de los años más difíciles para Ecuador desde el inicio de la Revolución Ciudadana. La pérdida de competitividad frente a la devaluación de moneda de los países vecinos y la ausencia de soberanía en política monetaria dejan escaso margen de maniobra a un país que persigue la entrada de divisas a través de las exportaciones y de la ejecución de proyectos estratégicos mediante la participación privada. El acuerdo comercial con la Unión Europea y la entrada de inversionistas extranjeros presentan nuevos desafíos para la economía ecuatoriana a un año de la celebración de las elecciones presidenciales.
En el año 2009, las cosas marchaban bien en Ecuador. La Constitución de Montecristi, aprobada un año antes, reconocía la soberanía del país en diferentes ámbitos, una declaración que, tras décadas de imposiciones neoliberales, tomaba un nuevo significado más allá de la retórica habitual. En ese año, en un gesto simbólico del cambio de época, el país abandonaba la mesa de diálogos para la firma del acuerdo bilateral entre Colombia, Perú y Ecuador, de un lado, y la Unión Europea, de otro, a causa de unos términos poco convenientes para el nuevo rumbo que había tomado el país. Desde la Presidencia se justificó la salida de la negociación como la apuesta por dejar atrás “los tratados comerciales del neoliberalismo, que suponen un libre comercio que no existe en la realidad y que tienden a consolidar estructuras de comercio desigual”
Explicación: