Procedente de una familia indígena muy modesta, Lázaro Cárdenas del Río recibió apenas una educación elemental. En 1914 se unió a la Revolución mexicana (que había estallado cuatro años antes), dando comienzo a una carrera militar en la que ascendería con rapidez: diez años más tarde era ya general de brigada. Durante la misma defendió la causa constitucionalista, fue designado jefe de operaciones en Veracruz y Michoacán y resultó herido en la batalla de Huejotitlán (1923).
Lázaro Cárdenas saltó a la política bajo la protección de otro militar revolucionario, el presidente Plutarco Elías Calles. En 1928 fue elegido gobernador de Michoacán, cargo que aprovechó para realizar una importante labor reformadora que acreditó su valía política en todo el país: creó numerosas escuelas, impulsó el reparto de tierras y promovió las asociaciones sindicales y la democratización de la universidad. Posteriormente fue ministro del Interior (1930-32) con Pascual Ortiz Rubio y ministro de la Guerra (1932-34).
En 1934 ganó las elecciones presidenciales, siempre bajo la protección de Calles, que seguía ejerciendo gran influencia en la vida política mexicana; pero, una vez en el poder, Lázaro Cárdenas se emancipó de su tutela y adoptó una línea política propia, más inclinada hacia la izquierda. Llegó incluso a expulsar del país a su antiguo protector, que hubo de exiliarse en Estados Unidos (1936). Creó el Partido Revolucionario Mexicano (antecedente del posterior PRI), en el cual se integraron un amplio espectro de reformistas y progresistas: comunistas y socialistas, liberales radicales, la Confederación de Trabajadores Mexicanos y la Confederación Nacional de Campesinos.
Procedente de una familia indígena muy modesta, Lázaro Cárdenas del Río recibió apenas una educación elemental. En 1914 se unió a la Revolución mexicana (que había estallado cuatro años antes), dando comienzo a una carrera militar en la que ascendería con rapidez: diez años más tarde era ya general de brigada. Durante la misma defendió la causa constitucionalista, fue designado jefe de operaciones en Veracruz y Michoacán y resultó herido en la batalla de Huejotitlán (1923).
Lázaro Cárdenas saltó a la política bajo la protección de otro militar revolucionario, el presidente Plutarco Elías Calles. En 1928 fue elegido gobernador de Michoacán, cargo que aprovechó para realizar una importante labor reformadora que acreditó su valía política en todo el país: creó numerosas escuelas, impulsó el reparto de tierras y promovió las asociaciones sindicales y la democratización de la universidad. Posteriormente fue ministro del Interior (1930-32) con Pascual Ortiz Rubio y ministro de la Guerra (1932-34).
En 1934 ganó las elecciones presidenciales, siempre bajo la protección de Calles, que seguía ejerciendo gran influencia en la vida política mexicana; pero, una vez en el poder, Lázaro Cárdenas se emancipó de su tutela y adoptó una línea política propia, más inclinada hacia la izquierda. Llegó incluso a expulsar del país a su antiguo protector, que hubo de exiliarse en Estados Unidos (1936). Creó el Partido Revolucionario Mexicano (antecedente del posterior PRI), en el cual se integraron un amplio espectro de reformistas y progresistas: comunistas y socialistas, liberales radicales, la Confederación de Trabajadores Mexicanos y la Confederación Nacional de Campesinos.