La monarquía romana abarca el período comprendido entre la fundación de la ciudad, el 21 de abril del año 753 a. Según la tradición romana, el primer rey de la ciudad, y creador las primeras instituciones, fue Rómulo.
El rey
En tiempos de guerra, era el comandante supremo del ejército. Fallecido el monarca, el gobierno pasaba a los senadores, quienes se turnaban para ejercerlo por períodos de cinco días, bajo el título de interrex, en espera de que el Pueblo eligiera un nuevo Rey. Dicha elección debía ser ratificada por el Senado. Si los senadores daban su aprobación, procedía la inauguratio, ceremonia en la cual los augures consultaban los auspicios que indicaban si el rey electo gozaba o no del favor divino.
La respuesta positiva de los dioses significaba la legitimación incuestionable de la autoridad del nuevo monarca. El senado consistía en un cuerpo colegiado que actuaba como consejo asesor del rey. El propio nombre de «Senado» aludía a la avanzada edad que solían tener sus integrantes . El Senado funcionaba solo a petición del Rey, manifestando su parecer a través de resoluciones formales que recibían el nombre de senadoconsultos , las cuales, en todo caso, no eran vinculantes para el monarca.
Se cuenta que Rómulo designó originalmente a cien senadores, cuyas familias y descendientes fueron conocidos como patricios. El número de trecientos senadores permaneció relativamente inalterado hasta las reformas de Sila, en tiempos de la República. El Senado y sus dictámenes tenían una especial fuerza moral, fundada en la sabiduría que la sociedad romana le reconocía. En razón de tal legitimación, denominada auctoritas , se estimaba prudente solicitar la opinión del Senado para proceder a ejecutar una serie de actos, tanto públicos como privados.
Artículo principal: Monarquía romana
La monarquía romana abarca el período comprendido entre la fundación de la ciudad, el 21 de abril del año 753 a. Según la tradición romana, el primer rey de la ciudad, y creador las primeras instituciones, fue Rómulo.
El rey
En tiempos de guerra, era el comandante supremo del ejército. Fallecido el monarca, el gobierno pasaba a los senadores, quienes se turnaban para ejercerlo por períodos de cinco días, bajo el título de interrex, en espera de que el Pueblo eligiera un nuevo Rey. Dicha elección debía ser ratificada por el Senado. Si los senadores daban su aprobación, procedía la inauguratio, ceremonia en la cual los augures consultaban los auspicios que indicaban si el rey electo gozaba o no del favor divino.
La respuesta positiva de los dioses significaba la legitimación incuestionable de la autoridad del nuevo monarca. El senado consistía en un cuerpo colegiado que actuaba como consejo asesor del rey. El propio nombre de «Senado» aludía a la avanzada edad que solían tener sus integrantes . El Senado funcionaba solo a petición del Rey, manifestando su parecer a través de resoluciones formales que recibían el nombre de senadoconsultos , las cuales, en todo caso, no eran vinculantes para el monarca.
Se cuenta que Rómulo designó originalmente a cien senadores, cuyas familias y descendientes fueron conocidos como patricios. El número de trecientos senadores permaneció relativamente inalterado hasta las reformas de Sila, en tiempos de la República. El Senado y sus dictámenes tenían una especial fuerza moral, fundada en la sabiduría que la sociedad romana le reconocía. En razón de tal legitimación, denominada auctoritas , se estimaba prudente solicitar la opinión del Senado para proceder a ejecutar una serie de actos, tanto públicos como privados.