1) Toca el balón con la yema de tus dedos, no con las palmas. Cuando dribleas, querrás que tus manos estén en contacto con el balón de forma tal que te permita tener buen control sobre el balón sin utilizar mucha fuerza de brazo para rebotarla. Por este motivo, no golpees el balón con tus palmas. En vez, trata de manejar el balón con la yema de tus dedos. Extiende tus dedos sobre la superficie del balón para tener una mayor y más equilibrada área de contacto.
2) Haz rebotar el balón contra el suelo. Manipula el balón con las yemas de tus dedos, mantenlo en tu mano hábil y hazlo rebotar contra el suelo. Rebótala firmemente, pero no tanto como para que tengas que utilizar la fuerza del brazo o que te genere problemas de control de balón.
Respuesta:
1) Toca el balón con la yema de tus dedos, no con las palmas. Cuando dribleas, querrás que tus manos estén en contacto con el balón de forma tal que te permita tener buen control sobre el balón sin utilizar mucha fuerza de brazo para rebotarla. Por este motivo, no golpees el balón con tus palmas. En vez, trata de manejar el balón con la yema de tus dedos. Extiende tus dedos sobre la superficie del balón para tener una mayor y más equilibrada área de contacto.
2) Haz rebotar el balón contra el suelo. Manipula el balón con las yemas de tus dedos, mantenlo en tu mano hábil y hazlo rebotar contra el suelo. Rebótala firmemente, pero no tanto como para que tengas que utilizar la fuerza del brazo o que te genere problemas de control de balón.