La empatía: Debemos enseñarles a nuestros hijos a ponerse en el lugar del otro y entender cómo piensan y sienten los demás. La empatía es un valor necesario para la convivencia familiar.
La humildad: Es necesario que nuestros hijos aprendan que no son superiores ni a nada ni a nadie, en ningún sentido, a pesar de mostrar seguridad en las capacidades que posee. Vivir con una actitud humilde les permitirá conocerse mejor, valorar sus fortalezas e intentar mejorar sus debilidades.
La autoestima: Es importante que nuestros hijos aprendan a valorarse a sí mismo. Esto sirve de base para educar la empatía. Podemos fomentar la autoestima a través del elogio.
El compromiso: El compromiso es un valor que demuestra madurez y responsabilidad. Se va adquiriendo progresivamente con los años. Debemos hacer ver a nuestros hijos el valor de la palabra que damos.
La gratitud: Es importante y valioso que nuestros hijos aprendan a mostrar gratitud. Este valor va unido a las gratificaciones positivas, mostramos gratitud a nuestros hijos cuando reconocemos lo bien que hacen las cosas. La gratitud no se trata solo de dar las gracias, sino que nace del corazón, de nuestro interior, del aprecio a lo que alguien hace por nosotros.
La amistad: Nuestros hijos deben aprender el valor de la amistad, del afecto mutuo que nace del contacto con el otro. El verdadero valor de la palabra amistad va mucho más allá que un simple click agregando amigos en sus redes sociales.
El optimismo: Es muy importante que nuestros hijos aprendan a vivir la vida con entusiasmo y optimismo, buscando siempre el lado positivo de las cosas a pesar de los obstáculos que nos presenta la vida. Deben huir del pensamiento negativo y pensar que en cómo mejorar o avanzar.
La paciencia: Nuestro hijo debe cultivar la paciencia y aprender a diferir gratificaciones huyendo del «lo quiero aquí y ahora». Esto ayudará a controlar y canalizar su impulsividad mostrando una actitud paciente y serena frente a la vida.
El esfuerzo: Un valor necesario en la sociedad actual que se caracteriza por la inmediatez y el mínimo esfuerzo. Nuestros Hijos tienen que aprender que todo lo que quieren conseguir requiere de un esfuerzo.
La felicidad: Este debe ser el objetivo de la educación que ofrecemos a nuestros hijos, conquistar su felicidad y que sean capaces de transmitir y contagiar esa felicidad a los demás. Para ello es importante cultivar la alegría, el optimismo, el sentido del humor, etc. Solo aquel que es feliz puede transmitir felicidad.
estos son las cosas que debe tener la familia y la familia sagrada las tiene así que debemos seguir su modelo.
La empatía: Debemos enseñarles a nuestros hijos a ponerse en el lugar del otro y entender cómo piensan y sienten los demás. La empatía es un valor necesario para la convivencia familiar.
La humildad: Es necesario que nuestros hijos aprendan que no son superiores ni a nada ni a nadie, en ningún sentido, a pesar de mostrar seguridad en las capacidades que posee. Vivir con una actitud humilde les permitirá conocerse mejor, valorar sus fortalezas e intentar mejorar sus debilidades.
La autoestima: Es importante que nuestros hijos aprendan a valorarse a sí mismo. Esto sirve de base para educar la empatía. Podemos fomentar la autoestima a través del elogio.
El compromiso: El compromiso es un valor que demuestra madurez y responsabilidad. Se va adquiriendo progresivamente con los años. Debemos hacer ver a nuestros hijos el valor de la palabra que damos.
La gratitud: Es importante y valioso que nuestros hijos aprendan a mostrar gratitud. Este valor va unido a las gratificaciones positivas, mostramos gratitud a nuestros hijos cuando reconocemos lo bien que hacen las cosas. La gratitud no se trata solo de dar las gracias, sino que nace del corazón, de nuestro interior, del aprecio a lo que alguien hace por nosotros.
La amistad: Nuestros hijos deben aprender el valor de la amistad, del afecto mutuo que nace del contacto con el otro. El verdadero valor de la palabra amistad va mucho más allá que un simple click agregando amigos en sus redes sociales.
El optimismo: Es muy importante que nuestros hijos aprendan a vivir la vida con entusiasmo y optimismo, buscando siempre el lado positivo de las cosas a pesar de los obstáculos que nos presenta la vida. Deben huir del pensamiento negativo y pensar que en cómo mejorar o avanzar.
La paciencia: Nuestro hijo debe cultivar la paciencia y aprender a diferir gratificaciones huyendo del «lo quiero aquí y ahora». Esto ayudará a controlar y canalizar su impulsividad mostrando una actitud paciente y serena frente a la vida.
El esfuerzo: Un valor necesario en la sociedad actual que se caracteriza por la inmediatez y el mínimo esfuerzo. Nuestros Hijos tienen que aprender que todo lo que quieren conseguir requiere de un esfuerzo.
La felicidad: Este debe ser el objetivo de la educación que ofrecemos a nuestros hijos, conquistar su felicidad y que sean capaces de transmitir y contagiar esa felicidad a los demás. Para ello es importante cultivar la alegría, el optimismo, el sentido del humor, etc. Solo aquel que es feliz puede transmitir felicidad.
estos son las cosas que debe tener la familia y la familia sagrada las tiene así que debemos seguir su modelo.
espero te ayude , ánimos .