Camino por la pradera hacia el río con los otros integrantes del Clan del oso. Creo es el primero del grupo. Yo soy casi el último en la caravana. Mi amiga Ayla camina un poco más atrás; repentinamente me jala el brazo y me señala un bulto de cuero caído en medio del prado. Es un bulto de buen tamaño y se ve que contiene algo adentro.
-Lou, tenemos que saber qué hay dentro de él!
-Ayla, probablemente encontremos comida adentro para aplacar nuestra hambre, o alguna manta para cuidarnos del frío en las noches. O quizás alguna arma para defendernos. O piedras para hacer fuego, pero cuando nos acercamos más al bulto, observamos que se movía. Entonces pensé, en ese bulto no hay comida, ni vestido, ni armas, ni piedras, sino un ser vivo.
Ayla y yo abrimos el bulto. Ante nuestra sorpresa del bulto sale un pequeño oso. ¿Quién lo ha dejado ahí y por qué? Nos preguntamos, la pregunta que nos hicimos rápidamente la contestó Iza, quien notó que nos atrasamos en el camino y se dirigió hacia nosotros para explicarnos que el chamán había puesto el pequeño oso en el camino, quien lo encontrará recibiría el valor de los guerreros y era su deber liberarlo para que regresará a la pradera. Ahí lo espera su familia de la que sólo se había separado unos momentos para encontrarse con los elegidos, quienes recibirán su protección. Eso es lo que pasó después de sacar al pequeño oso del bulto, lo liberamos, el corrió. Antes nos vimos a los ojos como hermanos. Ayla y yo recibimos su protección que ahora nos acompaña. Nunca olvidaré este momento.
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Camino por la pradera hacia el río con los otros integrantes del Clan del oso. Creo es el primero del grupo. Yo soy casi el último en la caravana. Mi amiga Ayla camina un poco más atrás; repentinamente me jala el brazo y me señala un bulto de cuero caído en medio del prado. Es un bulto de buen tamaño y se ve que contiene algo adentro.
-Lou, tenemos que saber qué hay dentro de él!
-Ayla, probablemente encontremos comida adentro para aplacar nuestra hambre, o alguna manta para cuidarnos del frío en las noches. O quizás alguna arma para defendernos. O piedras para hacer fuego, pero cuando nos acercamos más al bulto, observamos que se movía. Entonces pensé, en ese bulto no hay comida, ni vestido, ni armas, ni piedras, sino un ser vivo.
Ayla y yo abrimos el bulto. Ante nuestra sorpresa del bulto sale un pequeño oso. ¿Quién lo ha dejado ahí y por qué? Nos preguntamos, la pregunta que nos hicimos rápidamente la contestó Iza, quien notó que nos atrasamos en el camino y se dirigió hacia nosotros para explicarnos que el chamán había puesto el pequeño oso en el camino, quien lo encontrará recibiría el valor de los guerreros y era su deber liberarlo para que regresará a la pradera. Ahí lo espera su familia de la que sólo se había separado unos momentos para encontrarse con los elegidos, quienes recibirán su protección. Eso es lo que pasó después de sacar al pequeño oso del bulto, lo liberamos, el corrió. Antes nos vimos a los ojos como hermanos. Ayla y yo recibimos su protección que ahora nos acompaña. Nunca olvidaré este momento.
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