El Congreso ha pactado por unanimidad que la filosofía vuelva a ser obligatoria en 4º de secundaria y en 1º y 2º de bachillerato, como ocurría antes de la ley de 2013. Desde entonces, solo era obligatoria en el primer año de bachillerato.
La asignatura dejó de considerarse un "área prioritaria" y ha sido cuestionada por su carácter poco práctico. Pero, como nos recordaba la filósofa Marina Garcés, “la filosofía no es útil o inútil. Es necesaria”. Se trata de un “lenguaje fundamental” para aprender a pensar de forma crítica.
De todas formas, a estas alturas habrá lectores diciendo algo así como: “Vale, muy bien. La filosofía es bonita. Puede ser un hobby, como jugar al ajedrez o resolver crucigramas. Pero no se traduce en nada que me pueda servir. Nunca me veré en la situación de dudar acerca de si el mundo existe, como Descartes”.
Pero la reflexión y el análisis de cuestiones fundamentales tienen consecuencias mucho más prácticas de lo que parece. La filosofía no solo nos ayuda a ver el mundo de forma diferente, sino que también puede cambiar cómo interactuamos con él. Desde cómo podemos ayudar a los demás hasta cómo enfrentarnos a la muerte o si debemos tuitear enfadados. El pensamiento crítico y las herramientas que nos proporciona la filosofía nos ayudan a tomar decisiones meditadas
Por ejemplo, aplicamos la filosofía en la vida cotidiana cuando nos preguntamos cómo entender al otro y a la sociedad, cuando nos cuestionamos el sentido de nuestras vidas o al reflexionar cuáles acciones son las más correctas en una situación determinada. Dicho esto, el quehacer filosófico empieza con la duda.
Respuesta:
El Congreso ha pactado por unanimidad que la filosofía vuelva a ser obligatoria en 4º de secundaria y en 1º y 2º de bachillerato, como ocurría antes de la ley de 2013. Desde entonces, solo era obligatoria en el primer año de bachillerato.
La asignatura dejó de considerarse un "área prioritaria" y ha sido cuestionada por su carácter poco práctico. Pero, como nos recordaba la filósofa Marina Garcés, “la filosofía no es útil o inútil. Es necesaria”. Se trata de un “lenguaje fundamental” para aprender a pensar de forma crítica.
De todas formas, a estas alturas habrá lectores diciendo algo así como: “Vale, muy bien. La filosofía es bonita. Puede ser un hobby, como jugar al ajedrez o resolver crucigramas. Pero no se traduce en nada que me pueda servir. Nunca me veré en la situación de dudar acerca de si el mundo existe, como Descartes”.
Pero la reflexión y el análisis de cuestiones fundamentales tienen consecuencias mucho más prácticas de lo que parece. La filosofía no solo nos ayuda a ver el mundo de forma diferente, sino que también puede cambiar cómo interactuamos con él. Desde cómo podemos ayudar a los demás hasta cómo enfrentarnos a la muerte o si debemos tuitear enfadados. El pensamiento crítico y las herramientas que nos proporciona la filosofía nos ayudan a tomar decisiones meditadas
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Por ejemplo, aplicamos la filosofía en la vida cotidiana cuando nos preguntamos cómo entender al otro y a la sociedad, cuando nos cuestionamos el sentido de nuestras vidas o al reflexionar cuáles acciones son las más correctas en una situación determinada. Dicho esto, el quehacer filosófico empieza con la duda.