Respuesta: ja me me acorde de cosmo de los padrinos magicos
Lévi-Strauss advirtió que la variedad de mitos, lejos de constituir una proliferación
anárquica de relatos, exhibe un aire de familia que trasparenta la profunda unidad
del pensamiento humano. A partir de esta idea, el artículo muestra cómo ciertas teorías filosóficas y científicas sobre el origen del cosmos se apoyan en una estructura
narrativa implícita en los mitos cosmogónicos. Esta comparación evidencia inesperadas afinidades en el intento por responder la pregunta por el origen del cosmos.
Palabras clave: C. Lévi-Strauss, Big Bang, mito, origen del cosmos.
Si bien los mitos durante largo tiempo fueron vistos como relatos
sobre seres imaginarios o fábulas carentes de racionalidad, desde mediados del siglo xx el pensamiento mítico ha sido revalorizado como
una forma de conocimiento legítima y una dimensión esencial de la
experiencia humana. Atrás quedaron las teorías que reducían el papel
del mito a sus nexos con ritos religiosos y prácticas mágicas, o que lo
asimilaban a estadios irracionales de la evolución de la humanidad.
Antropólogos como Claude Lévi-Strauss y filósofos como Kurt Hübner
señalaron la necesidad de ofrecer una justificación del mito como complemento de una teoría del desarrollo científico.1
Pero asignar un lugar al pensamiento mítico en el marco de una
teoría del conocimiento no es tarea fácil. Dado que los mitos se articulan mediante narraciones que no demuestran tesis, sino que muestran
secuencias de imágenes, el esfuerzo por tender un puente entre mito y
logos constituye un auténtico tour de force. Semejante empresa implica
dos riesgos: a) asimilar mito y razón como si fueran manifestaciones
de lo mismo, como si el mito fuera una razón balbuciente o la razón un
mito sofisticado; b) declarar el pensamiento mítico y el racional como
Respuesta: ja me me acorde de cosmo de los padrinos magicos
Lévi-Strauss advirtió que la variedad de mitos, lejos de constituir una proliferación
anárquica de relatos, exhibe un aire de familia que trasparenta la profunda unidad
del pensamiento humano. A partir de esta idea, el artículo muestra cómo ciertas teorías filosóficas y científicas sobre el origen del cosmos se apoyan en una estructura
narrativa implícita en los mitos cosmogónicos. Esta comparación evidencia inesperadas afinidades en el intento por responder la pregunta por el origen del cosmos.
Palabras clave: C. Lévi-Strauss, Big Bang, mito, origen del cosmos.
Si bien los mitos durante largo tiempo fueron vistos como relatos
sobre seres imaginarios o fábulas carentes de racionalidad, desde mediados del siglo xx el pensamiento mítico ha sido revalorizado como
una forma de conocimiento legítima y una dimensión esencial de la
experiencia humana. Atrás quedaron las teorías que reducían el papel
del mito a sus nexos con ritos religiosos y prácticas mágicas, o que lo
asimilaban a estadios irracionales de la evolución de la humanidad.
Antropólogos como Claude Lévi-Strauss y filósofos como Kurt Hübner
señalaron la necesidad de ofrecer una justificación del mito como complemento de una teoría del desarrollo científico.1
Pero asignar un lugar al pensamiento mítico en el marco de una
teoría del conocimiento no es tarea fácil. Dado que los mitos se articulan mediante narraciones que no demuestran tesis, sino que muestran
secuencias de imágenes, el esfuerzo por tender un puente entre mito y
logos constituye un auténtico tour de force. Semejante empresa implica
dos riesgos: a) asimilar mito y razón como si fueran manifestaciones
de lo mismo, como si el mito fuera una razón balbuciente o la razón un
mito sofisticado; b) declarar el pensamiento mítico y el racional como
formas de pensar inconmensurables.