Lo que conocemos normalmente como amar no sería ni un impulso, ni una emoción, sino un conjunto de conductas aprendidas, automatizadas, e incluso diseñadas a gusto individual, que a su vez tienen consecuencias emocionales y motivacionales.
En la configuración y organización de nuestra sociedad el amor juega un papel fundamental. El amor, además de plantearse como uno de los objetivos más importantes de la vida individual —en términos de emparejamiento y reproducción, a partir de una norma social claramente establecida—, lo que guía y en ciertas ocasiones determina el curso de vida de las personas, forma parte de una estructura social y económica que organiza y administra, que delega labores y responsabilidades en su nombre.
Respuesta:
Lo que conocemos normalmente como amar no sería ni un impulso, ni una emoción, sino un conjunto de conductas aprendidas, automatizadas, e incluso diseñadas a gusto individual, que a su vez tienen consecuencias emocionales y motivacionales.
En la configuración y organización de nuestra sociedad el amor juega un papel fundamental. El amor, además de plantearse como uno de los objetivos más importantes de la vida individual —en términos de emparejamiento y reproducción, a partir de una norma social claramente establecida—, lo que guía y en ciertas ocasiones determina el curso de vida de las personas, forma parte de una estructura social y económica que organiza y administra, que delega labores y responsabilidades en su nombre.
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