Nuestra vida actual gira en torno a las redes sociales de internet. Desde que nos despertamos hasta que nos dormimos estamos pendientes de todo lo que acontece alrededor de nuestro planeta, los usuarios nos hemos convertido en críticos, apasionados y solidarios a través de sitios como Facebook, Twitter y Youtube, entre otros, pero sobre todo somos adictos a la tecnología, eso está más que claro.
Durante la última semana de mayo de este año hice el experimento de vivir sin redes sociales, fueron 192 horas difíciles porque desde hace mucho tiempo todas las actividades profesionales que desarrollo, y la mayoría de las personales, involucran a las redes sociales. Dentro del auto-análisis que pude hacerme durante ese tiempo sin acceso a las principales redes sociales puedo destacar lo siguiente:
Aspectos positivos:
Son una buena forma de comunicación. Gracias a sitios como Facebook, se puede contactar a viejos amigos de la infancia, a antiguos compañeros de estudios e incluso a familiares que se encuentran en el extranjero.
Nos ayudan a encontrar empleo.
*Un gran porcentaje de reclutadores pone mucha atención a lo que sus posibles empleados comparten en las redes sociales, por lo que gozar de una buena reputación en línea nos puede favorecer.
*Existen empresas, como por ejemplo mi Alma máter, que posee una bolsa de empleo y utiliza las redes sociales para transmitirle las oportunidades laborales a sus ex-alumnos.
*Existe una nueva profesión que está en alza llamada “Community Manager”, se trata de una persona que se dedica a gestionar la identidad de la empresa en internet, en pocas palabras es un estratega. En Honduras cada día se abren más oportunidades relacionadas con esta área.
*Habilidosos “blogueros” han encontrado las redes sociales como una buena forma de compartir lo que escriben y percibir ingresos. Ya les hablaré de esto más adelante.
Compartir. Las redes sociales nos permiten compartir con nuestros seres queridos y con el mundo todo lo que vemos y escuchamos. A partir de nuestros gustos y preferencias se han creado numerosas comunidades especializadas.
Aspectos negativos:
Dependemos mucho de los aparatos. Hemos dejado de disfrutar de una buena charla con nuestros familiares y amigos. He observado a parejas que a veces se envían mensajes cuando están uno frente al otro, a niños y adultos actualizando sus perfiles cuando están comiendo y a jóvenes que asisten a las iglesias a navegar por internet. Nos hemos olvidado de disfrutar de actividades al aire libre y nos hemos convertido en irrespetuosos.
Somos confiados. Es emocionante hacer nuevos amigos que se encuentran al otro lado del planeta, pero no todas las personas que entran a estos sitios lo hacen con el fin de hacer una amistad o compartir un interés en común, ciertos individuos buscan sacar un beneficio económico, haciendo mil y una peripecias para robar u otros fines. Yo siempre recomiendo no agregar a desconocidos, hay que mantenerse dentro del mismo círculo de amigos para no llevarse sorpresas desagradables en el futuro.
Escribimos por escribir. A veces siento que escribimos por llenar un espacio nada más, y hacerle saber a los demás que ahí estamos, pero no estamos dando un aporte que edifique.
Podría pasar día entero enumerando aspectos buenos y malos, pero en general diría que esas son las conclusiones que obtuve al estar desconectado por 192 horas. El próximo reto será no usar internet por una semana.
Las redes sociales de internet no son malas, las situaciones propiciadas únicamente son determinadas por el uso que cada individuo hace de ellas.
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Nuestra vida actual gira en torno a las redes sociales de internet. Desde que nos despertamos hasta que nos dormimos estamos pendientes de todo lo que acontece alrededor de nuestro planeta, los usuarios nos hemos convertido en críticos, apasionados y solidarios a través de sitios como Facebook, Twitter y Youtube, entre otros, pero sobre todo somos adictos a la tecnología, eso está más que claro.
Durante la última semana de mayo de este año hice el experimento de vivir sin redes sociales, fueron 192 horas difíciles porque desde hace mucho tiempo todas las actividades profesionales que desarrollo, y la mayoría de las personales, involucran a las redes sociales. Dentro del auto-análisis que pude hacerme durante ese tiempo sin acceso a las principales redes sociales puedo destacar lo siguiente:
Aspectos positivos:
Son una buena forma de comunicación. Gracias a sitios como Facebook, se puede contactar a viejos amigos de la infancia, a antiguos compañeros de estudios e incluso a familiares que se encuentran en el extranjero.
Nos ayudan a encontrar empleo.
*Un gran porcentaje de reclutadores pone mucha atención a lo que sus posibles empleados comparten en las redes sociales, por lo que gozar de una buena reputación en línea nos puede favorecer.
*Existen empresas, como por ejemplo mi Alma máter, que posee una bolsa de empleo y utiliza las redes sociales para transmitirle las oportunidades laborales a sus ex-alumnos.
*Existe una nueva profesión que está en alza llamada “Community Manager”, se trata de una persona que se dedica a gestionar la identidad de la empresa en internet, en pocas palabras es un estratega. En Honduras cada día se abren más oportunidades relacionadas con esta área.
*Habilidosos “blogueros” han encontrado las redes sociales como una buena forma de compartir lo que escriben y percibir ingresos. Ya les hablaré de esto más adelante.
Compartir. Las redes sociales nos permiten compartir con nuestros seres queridos y con el mundo todo lo que vemos y escuchamos. A partir de nuestros gustos y preferencias se han creado numerosas comunidades especializadas.
Aspectos negativos:
Dependemos mucho de los aparatos. Hemos dejado de disfrutar de una buena charla con nuestros familiares y amigos. He observado a parejas que a veces se envían mensajes cuando están uno frente al otro, a niños y adultos actualizando sus perfiles cuando están comiendo y a jóvenes que asisten a las iglesias a navegar por internet. Nos hemos olvidado de disfrutar de actividades al aire libre y nos hemos convertido en irrespetuosos.
Somos confiados. Es emocionante hacer nuevos amigos que se encuentran al otro lado del planeta, pero no todas las personas que entran a estos sitios lo hacen con el fin de hacer una amistad o compartir un interés en común, ciertos individuos buscan sacar un beneficio económico, haciendo mil y una peripecias para robar u otros fines. Yo siempre recomiendo no agregar a desconocidos, hay que mantenerse dentro del mismo círculo de amigos para no llevarse sorpresas desagradables en el futuro.
Escribimos por escribir. A veces siento que escribimos por llenar un espacio nada más, y hacerle saber a los demás que ahí estamos, pero no estamos dando un aporte que edifique.
Podría pasar día entero enumerando aspectos buenos y malos, pero en general diría que esas son las conclusiones que obtuve al estar desconectado por 192 horas. El próximo reto será no usar internet por una semana.
Las redes sociales de internet no son malas, las situaciones propiciadas únicamente son determinadas por el uso que cada individuo hace de ellas.
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