Era verano y hacía mucho calor, y debajo de un árbol, descansaba tranquilamente un joven campesino.
Miraba a su alrededor y agradecía cómo la tierra le había premiado, pues había recogido todo lo que con su esfuerzo había sembrado. Veía lindos zapallos esparcidos por el suelo y fragantes melones y sandías que perfumaban el campo. Y decíase a sí mismo ¿Por qué será que en vez de producir nueces este árbol que me da sombra no produce zapallos, sandías o melones? Y cuando en esos pensamientos divagaba, le cayó una dura nuez, que le pegó justo en la nariz, y entonces el campesino reflexionó: ¡Bien sabia es la naturaleza, pues si un enorme zapallo me hubiera caído encima, no estaría ahora yo vivo! ¡Bien sabia es la naturaleza que ha sabido poner cada cosa en su lugar!
¿Cuál crees que fue el propósito del autor al escribir este texto?
Miraba a su alrededor y agradecía cómo la tierra le había premiado, pues había recogido todo lo que con su esfuerzo había sembrado. Veía lindos zapallos esparcidos por el suelo y fragantes melones y sandías que perfumaban el campo. Y decíase a sí mismo ¿Por qué será que en vez de producir nueces este árbol que me da sombra no produce zapallos, sandías o melones? Y cuando en esos pensamientos divagaba, le cayó una dura nuez, que le pegó justo en la nariz, y entonces el campesino reflexionó: ¡Bien sabia es la naturaleza, pues si un enorme zapallo me hubiera caído encima, no estaría ahora yo vivo! ¡Bien sabia es la naturaleza que ha sabido poner cada cosa en su lugar!
¿Cuál crees que fue el propósito del autor al escribir este texto?
Respuesta:
Quizas el escritor estaba tratando de dejarnos una excelente moraleja.
Las cosas siempre suceden por algo ya sea para bien o para mal pero siempre aprendemos algo nuevo de ello.