Dormir con el móvil en “modo avión”, calentar la comida con gas o tener el aparato de wifi lejos del dormitorio son hábitos que muchos llevan a cabo por miedo a la repercusión que las ondas puedan tener sobre su salud. Ríos de tinta se han escrito, leyendas urbanas, mitos y dudas las rodean. Se estima que entre un cinco y un diez por ciento de la población es electrosensible. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre los síntomas más frecuentes están los dolores de cabeza, el insomnio, la irritabilidad o la depresión.
“Las ondas electromagnéticas son una forma de transmisión de energía que se puede transmitir en el vacío y a la velocidad de la luz, en la cual hay un campo eléctrico y uno magnético orientados en perpendicular. El espectro electromagnético -que es el conjunto de todas las ondas electromagnéticas- es muy amplio. Hay diferentes tipos. Las peligrosas son las ionizantes”, explica José Miguel Mulet, bioquímico e investigador en el CSIC, autor del libro Medicina sin engaños. “Las ondas se ven, pero nuestros ojos sólo perciben un trocito de esa radiación electromagnética: la luz visible”
Respuesta:
espero que te sirva :/
Explicación:
Dormir con el móvil en “modo avión”, calentar la comida con gas o tener el aparato de wifi lejos del dormitorio son hábitos que muchos llevan a cabo por miedo a la repercusión que las ondas puedan tener sobre su salud. Ríos de tinta se han escrito, leyendas urbanas, mitos y dudas las rodean. Se estima que entre un cinco y un diez por ciento de la población es electrosensible. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre los síntomas más frecuentes están los dolores de cabeza, el insomnio, la irritabilidad o la depresión.
“Las ondas electromagnéticas son una forma de transmisión de energía que se puede transmitir en el vacío y a la velocidad de la luz, en la cual hay un campo eléctrico y uno magnético orientados en perpendicular. El espectro electromagnético -que es el conjunto de todas las ondas electromagnéticas- es muy amplio. Hay diferentes tipos. Las peligrosas son las ionizantes”, explica José Miguel Mulet, bioquímico e investigador en el CSIC, autor del libro Medicina sin engaños. “Las ondas se ven, pero nuestros ojos sólo perciben un trocito de esa radiación electromagnética: la luz visible”