la elevada competencia existente entre las empresas ha producido una modificación en los objetivos clásicos para motivar en el trabajo.
antes, la motivación debe dirigirse a conseguir que los empleados alcancen un grado de excelencia en su trabajo.
para ello, deben:
disfrutar realizando su trabajo (satisfacción). buscar formas de hacerlo cada vez mejor (aprendizaje). adquirir continuamente nuevos conocimientos sobre las actividades más importantes que realizan en su puesto. centrarse en la calidad del trabajo y no en la relación empleado- empresa y jefes.
por todo ello, partiendo de la idea de que la motivación es el motor de la conducta y que nuestro objeto de estudio es como afecta ésta al individuo dentro de un grupo de trabajo y en el entorno organizacional que supone la empresa, pasará a la definición de tal concepto.
definimos pues la motivación como el deseo de hacer mucho esfuerzo por alcanzar metas de la organización, condicionado por la posibilidad de satisfacer alguna necesidad individual (s.p. robbins, 1997). si bien, la motivación general se refiere al esfuerzo por conseguir cualquier meta, nos centraremos en las metas organizacionales a fin de reflejar el interés primordial por el comportamiento relacionado con el trabajo y, más concretamente con el equipo.
los tres elementos que aparecen en la definición son: esfuerzo, metas organizacionales y necesidades.
hemos de tener en cuenta tanto la calidad del esfuerzo como la intensidad. el esfuerzo dirigido hacia metas de la empresa y compatible con ellas es el que debemos buscar. por otro lado, trataremos la motivación como un proceso satisfactorio de necesidades, entendiendo estas como un estado que hace atractivos ciertos resultados.
es importante señalar que, la motivación es el resultado de la interacción del individuo y la situación. además, las personas difieren en su impulso motivacional. el interés de todo ello es que la interacción entre habilidades (teóricas, técnicas, personales y sociales) y la motivación contribuye al desempeño o rendimiento de las personas y tienen un reflejo en la consecución de los objetivos empresariales.
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ojala que esto te ayude
la elevada competencia existente entre las empresas ha producido una modificación en los objetivos clásicos para motivar en el trabajo.
antes, la motivación debe dirigirse a conseguir que los empleados alcancen un grado de excelencia en su trabajo.
para ello, deben:
disfrutar realizando su trabajo (satisfacción). buscar formas de hacerlo cada vez mejor (aprendizaje). adquirir continuamente nuevos conocimientos sobre las actividades más importantes que realizan en su puesto. centrarse en la calidad del trabajo y no en la relación empleado- empresa y jefes.
por todo ello, partiendo de la idea de que la motivación es el motor de la conducta y que nuestro objeto de estudio es como afecta ésta al individuo dentro de un grupo de trabajo y en el entorno organizacional que supone la empresa, pasará a la definición de tal concepto.
definimos pues la motivación como el deseo de hacer mucho esfuerzo por alcanzar metas de la organización, condicionado por la posibilidad de satisfacer alguna necesidad individual (s.p. robbins, 1997). si bien, la motivación general se refiere al esfuerzo por conseguir cualquier meta, nos centraremos en las metas organizacionales a fin de reflejar el interés primordial por el comportamiento relacionado con el trabajo y, más concretamente con el equipo.
los tres elementos que aparecen en la definición son: esfuerzo, metas organizacionales y necesidades.
hemos de tener en cuenta tanto la calidad del esfuerzo como la intensidad. el esfuerzo dirigido hacia metas de la empresa y compatible con ellas es el que debemos buscar. por otro lado, trataremos la motivación como un proceso satisfactorio de necesidades, entendiendo estas como un estado que hace atractivos ciertos resultados.
es importante señalar que, la motivación es el resultado de la interacción del individuo y la situación. además, las personas difieren en su impulso motivacional. el interés de todo ello es que la interacción entre habilidades (teóricas, técnicas, personales y sociales) y la motivación contribuye al desempeño o rendimiento de las personas y tienen un reflejo en la consecución de los objetivos empresariales.
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