En los primeros tiempos se le llamaba "fogón" a aquel fuego que prendían los gauchos a la intemperie en los descansos de los largos viajes. Se utilizaba para calentar el agua del mate compartido, hacer la comida, como abrigo o hacer lumbre para alejar a las fieras. El fogón primitivo se encendía en un hoyo en la tierra, el mismo se lo hacía con madera, bosta, marlos, pasto seco o lo que sirviera para combustible.
En torno a las brasas, los hombres reparaban sus aperos de trabajo o sus prendas personales y, a la vez, daban forma, con sus charlas, a innumerables leyendas y supersticiones mientras el fuego caldeaba y el humo ennegrecía las paredes. Al costado del fogón los gauchos se encargaban de engalanar las historias del pasado, aprendían a templar las guitarras y a cantar y los más veteranos enseñaban los secretos de la naturaleza, el manejo del lazo, de las boleadoras y del facón.
Respuesta:
En los primeros tiempos se le llamaba "fogón" a aquel fuego que prendían los gauchos a la intemperie en los descansos de los largos viajes. Se utilizaba para calentar el agua del mate compartido, hacer la comida, como abrigo o hacer lumbre para alejar a las fieras. El fogón primitivo se encendía en un hoyo en la tierra, el mismo se lo hacía con madera, bosta, marlos, pasto seco o lo que sirviera para combustible.
En torno a las brasas, los hombres reparaban sus aperos de trabajo o sus prendas personales y, a la vez, daban forma, con sus charlas, a innumerables leyendas y supersticiones mientras el fuego caldeaba y el humo ennegrecía las paredes. Al costado del fogón los gauchos se encargaban de engalanar las historias del pasado, aprendían a templar las guitarras y a cantar y los más veteranos enseñaban los secretos de la naturaleza, el manejo del lazo, de las boleadoras y del facón.
Explicación:
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