ue la vida humana comienza en el momento de la concepción o fertilización, es decir, con la unión del espermatozoide y el óvulo, está ampliamente admitido en la ciencia biológica y médica. Esto, porque luego del contacto y la fusión de las membranas plasmáticas de ambos, se inicia un proceso de desarrollo continuo e interdependiente de un individuo genéticamente nuevo.
Se habla de desarrollo continuo porque, siempre y cuando no exista una intervención externa, se pueden observar distintas etapas concatenadas unas con otras, cuyo orden no se puede variar ya que están predeterminadas genéticamente.
Este desarrollo es interdependiente porque en cada etapa se prenden o apagan distintos genes que determinan el progreso, inicio y fin de cada ciclo, es decir, a nivel genético, existe una interrelación entre cada etapa, lo que impide que el proceso sea discontinuo.
Lo trascendental de este tipo de desarrollo es que se refiere al de un sujeto genéticamente distinto de los padres. Si bien, en el organismo de un ser humano maduro también encontramos un desarrollo celular continuo e interdependiente, por ejemplo, en tejidos como la piel o la sangre, pero, cada una de esas células tiene el mismo material genético que la persona que las posee, además de una diferenciación celular específica y restringida. La variabilidad genética se explica gracias a que el padre y la madre aportan igualmente la mitad del material genético, por lo que la nueva persona es distinta a sus progenitores.
ue la vida humana comienza en el momento de la concepción o fertilización, es decir, con la unión del espermatozoide y el óvulo, está ampliamente admitido en la ciencia biológica y médica. Esto, porque luego del contacto y la fusión de las membranas plasmáticas de ambos, se inicia un proceso de desarrollo continuo e interdependiente de un individuo genéticamente nuevo.
Se habla de desarrollo continuo porque, siempre y cuando no exista una intervención externa, se pueden observar distintas etapas concatenadas unas con otras, cuyo orden no se puede variar ya que están predeterminadas genéticamente.
Este desarrollo es interdependiente porque en cada etapa se prenden o apagan distintos genes que determinan el progreso, inicio y fin de cada ciclo, es decir, a nivel genético, existe una interrelación entre cada etapa, lo que impide que el proceso sea discontinuo.
Lo trascendental de este tipo de desarrollo es que se refiere al de un sujeto genéticamente distinto de los padres. Si bien, en el organismo de un ser humano maduro también encontramos un desarrollo celular continuo e interdependiente, por ejemplo, en tejidos como la piel o la sangre, pero, cada una de esas células tiene el mismo material genético que la persona que las posee, además de una diferenciación celular específica y restringida. La variabilidad genética se explica gracias a que el padre y la madre aportan igualmente la mitad del material genético, por lo que la nueva persona es distinta a sus progenitores.