El clima de montaña es propio de las zonas situadas a más de 1200 metros de altitud.1
Se caracteriza por unos inviernos fríos y largos con temperaturas negativas, y veranos frescos y cortos. Tiene una oscilación térmica de 10,5 ºC. Las precipitaciones son muy escasas en forma de lluvia en primavera ,verano , de nieve en invierno y otoño. Es una variante del clima de la tundra, aunque más suave.
Las montañas tienden a tener condiciones climáticas diferentes del clima zonal donde se encuentran, debido a un descenso de la temperatura con la altura. El gradiente térmico negativo de 0,5-1 °C cada 100 m supone un descenso de la humedad relativa del aire y la presencia de lluvias orográficas abundantes en la vertiente de barlovento; y menores en la vertiente de sotavento. La orientación con respecto a los vientos dominantes y el sol es de transcendencia vital (ver efecto foehn).
También reciben una mayor insolación y un régimen de vientos específico, creando un topoclima diferenciado. Sin embargo, los centros de acción, las masas de aire y los frentes que le afectan son los mismos que en el clima zonal.
En la península Ibérica es propio de los Pirineos, sistema Central, las cordilleras Béticas, la Cordillera Cantábrica y los Montes de León..
El clima de montaña es propio de las zonas situadas a más de 1200 metros de altitud.1
Se caracteriza por unos inviernos fríos y largos con temperaturas negativas, y veranos frescos y cortos. Tiene una oscilación térmica de 10,5 ºC. Las precipitaciones son muy escasas en forma de lluvia en primavera ,verano , de nieve en invierno y otoño. Es una variante del clima de la tundra, aunque más suave.
Las montañas tienden a tener condiciones climáticas diferentes del clima zonal donde se encuentran, debido a un descenso de la temperatura con la altura. El gradiente térmico negativo de 0,5-1 °C cada 100 m supone un descenso de la humedad relativa del aire y la presencia de lluvias orográficas abundantes en la vertiente de barlovento; y menores en la vertiente de sotavento. La orientación con respecto a los vientos dominantes y el sol es de transcendencia vital (ver efecto foehn).
También reciben una mayor insolación y un régimen de vientos específico, creando un topoclima diferenciado. Sin embargo, los centros de acción, las masas de aire y los frentes que le afectan son los mismos que en el clima zonal.
En la península Ibérica es propio de los Pirineos, sistema Central, las cordilleras Béticas, la Cordillera Cantábrica y los Montes de León..