En que estado se encuentran a los sales minerales o como aparecieron
andreaalberto14
Aquellas moléculas de tipo inorgánico que, en los organismos vivos, pueden aparecer como cristales, disueltas, precipitadas o vinculadas a otras moléculas.
Las sales minerales se caracterizan por estar siempre ionizadas cuando se hallan disueltas en el agua. Diferentes iones, de este modo, desarrollan distintas funciones en el organismo, como regular la presión osmótica y el pH, conservar la salinidad y controlar las contracciones de los músculos.
Más allá de las sales minerales ionizadas, en el organismo también actúan las sales minerales precipitadas que, al permitir el desarrollo de estructuras de gran dureza, brindan protección o sostén (en esqueletos, caparazones, etc.).
La actividad muscular, los procesos del metabolismo y el sistema inmunológico también dependen, en parte, de las sales minerales. Por eso es importante incluir en la dieta alimentos que sean ricos en estas sales.
Las legumbres (por el hierro y el magnesio), el pescado (yodo, flúor), los lácteos (calcio), la carne (hierro, potasio, fósforo) y los cereales integrales (zinc) son algunos de los alimentos que permiten ingerir sales minerales.
También se suele denominar como sales minerales a los productos que se emplean en los baños de inmersión para aportar diversos beneficios al organismo. Entre las bondades atribuidas a las sales minerales de baño, se encuentran la desintoxicación y el alivio de inflamaciones.
Es habitual que a estas sales minerales de baño se le añadan componentes para que tengan aroma y produzcan espuma, incrementando la sensación placentera de la persona que disfruta el baño de inmersión. Cabe mencionar que los baños con sales datan de muchos siglos atrás, ya que ofrece beneficios fáciles de evidenciar independientemente del grado de conocimiento científico, como ser la relajación muscular, ideal para combatir el cansancio y el estrés.
Una de las posibles referencias remotas a los baños con sales minerales sugiere que Ulises, uno de los héroes de la Ilíada y el protagonista de la Odisea, los usaba para recuperar sus fuerzas. Por otro lado, recién se volvieron populares alrededor del 1700, al principio en Inglaterra pero pronto en el resto del continente europeo. En un primer momento, se crearon ciudades termales, y al tiempo surgieron los centros de talasoterapia (un método curativo que se apoya en el uso de baños de agua marina y el clima para tratar ciertas enfermedades).
Entre los tipos de sales minerales usadas en los baños de inmersión se distinguen dos grupos: las de roca y la marina. La sal de roca se encuentra en depósitos subterráneos y dos de sus más representativas son las siguientes:
* sal del Himalaya: es una de las que ofrece mayor riqueza, desde un punto de vista energético. Al encontrarse en estado cristalino y conservar su estructura natural a pesar de haber sido extraída, sus cualidades son mayores a las de la sal refinada;
* sal andina: del mismo modo que el agua marina, posee oligoelementos (como ser potasio, magnesio, zinc y sodio) que no están presentes en el agua dulce. Sin embargo, se diferencia en que sus elementos pueden aprovecharse mucho más, ya que han estado expuestos a presiones mucho mayores que los del mar.
Con respecto a la sal del mar, es posible obtenerla aprovechando la evaporación a causa del calor del sol. Una clara diferencia con las sales de roca es que su contenido en cloruro de sodio es menor y que posee más oligoelementos.
Las sales minerales también sirven para tratar enfermedades de la piel y otros trastornos, como ser los que se exponen a continuación: acné, hongos en los pies, infecciones recurrentes, mordeduras de insectos y psoriasis. En algunos casos, se recomienda su aplicación directa sobre la zona afectada entes del baño, o bien usarla en combinación con un jabón natural para lavarla cuidadosamente.
Las sales minerales se caracterizan por estar siempre ionizadas cuando se hallan disueltas en el agua. Diferentes iones, de este modo, desarrollan distintas funciones en el organismo, como regular la presión osmótica y el pH, conservar la salinidad y controlar las contracciones de los músculos.
Más allá de las sales minerales ionizadas, en el organismo también actúan las sales minerales precipitadas que, al permitir el desarrollo de estructuras de gran dureza, brindan protección o sostén (en esqueletos, caparazones, etc.).
La actividad muscular, los procesos del metabolismo y el sistema inmunológico también dependen, en parte, de las sales minerales. Por eso es importante incluir en la dieta alimentos que sean ricos en estas sales.
Las legumbres (por el hierro y el magnesio), el pescado (yodo, flúor), los lácteos (calcio), la carne (hierro, potasio, fósforo) y los cereales integrales (zinc) son algunos de los alimentos que permiten ingerir sales minerales.
También se suele denominar como sales minerales a los productos que se emplean en los baños de inmersión para aportar diversos beneficios al organismo. Entre las bondades atribuidas a las sales minerales de baño, se encuentran la desintoxicación y el alivio de inflamaciones.
Es habitual que a estas sales minerales de baño se le añadan componentes para que tengan aroma y produzcan espuma, incrementando la sensación placentera de la persona que disfruta el baño de inmersión. Cabe mencionar que los baños con sales datan de muchos siglos atrás, ya que ofrece beneficios fáciles de evidenciar independientemente del grado de conocimiento científico, como ser la relajación muscular, ideal para combatir el cansancio y el estrés.
Una de las posibles referencias remotas a los baños con sales minerales sugiere que Ulises, uno de los héroes de la Ilíada y el protagonista de la Odisea, los usaba para recuperar sus fuerzas. Por otro lado, recién se volvieron populares alrededor del 1700, al principio en Inglaterra pero pronto en el resto del continente europeo. En un primer momento, se crearon ciudades termales, y al tiempo surgieron los centros de talasoterapia (un método curativo que se apoya en el uso de baños de agua marina y el clima para tratar ciertas enfermedades).
Entre los tipos de sales minerales usadas en los baños de inmersión se distinguen dos grupos: las de roca y la marina. La sal de roca se encuentra en depósitos subterráneos y dos de sus más representativas son las siguientes:
* sal del Himalaya: es una de las que ofrece mayor riqueza, desde un punto de vista energético. Al encontrarse en estado cristalino y conservar su estructura natural a pesar de haber sido extraída, sus cualidades son mayores a las de la sal refinada;
* sal andina: del mismo modo que el agua marina, posee oligoelementos (como ser potasio, magnesio, zinc y sodio) que no están presentes en el agua dulce. Sin embargo, se diferencia en que sus elementos pueden aprovecharse mucho más, ya que han estado expuestos a presiones mucho mayores que los del mar.
Con respecto a la sal del mar, es posible obtenerla aprovechando la evaporación a causa del calor del sol. Una clara diferencia con las sales de roca es que su contenido en cloruro de sodio es menor y que posee más oligoelementos.
Las sales minerales también sirven para tratar enfermedades de la piel y otros trastornos, como ser los que se exponen a continuación: acné, hongos en los pies, infecciones recurrentes, mordeduras de insectos y psoriasis. En algunos casos, se recomienda su aplicación directa sobre la zona afectada entes del baño, o bien usarla en combinación con un jabón natural para lavarla cuidadosamente.