El movimiento de los cercados se reemprende con vigor en el siglo XVIII, especialmente a partir de 1760. […] Los squatters que vivían en sus tierras comunales son expulsados; campesinos pobres que poseían ínfimas parcelas no puede soportar los gastos del cercado y no pueden vivir en las malas tierras recibidas; se van, como muchos otros a quienes la extensión de la ganadería ha hecho inútiles; como otros, también obligados a vender su granja al propietario vecino. […].
Gracias a estas transformaciones en la propiedad y explotación agrícola, queda disponible una numerosa mano de obra, privada a menudo de lo esencial. Con ella podrá acrecentarse la producción manufacturera y minera.”
El movimiento de los cercados se reemprende con vigor en el siglo XVIII, especialmente a partir de 1760. […] Los squatters que vivían en sus tierras comunales son expulsados; campesinos pobres que poseían ínfimas parcelas no puede soportar los gastos del cercado y no pueden vivir en las malas tierras recibidas; se van, como muchos otros a quienes la extensión de la ganadería ha hecho inútiles; como otros, también obligados a vender su granja al propietario vecino. […].
Gracias a estas transformaciones en la propiedad y explotación agrícola, queda disponible una numerosa mano de obra, privada a menudo de lo esencial. Con ella podrá acrecentarse la producción manufacturera y minera.”