La desigualdad social y la concentración de la riqueza. Es cierto que, durante el Porfiriato, nuestro país tuvo un crecimiento económico importante. Sin embargo, la riqueza quedó repartida en unas cuantas manos nacionales y en otras pocas extranjeras.
No existía la libertad política. Es decir, el pueblo no podía elegir a ningún representante dentro de los poderes estatales ni federales. Estos eran impuestos por Porfirio Díaz, quien, pese a estar en contra de la reelección, permaneció en el poder más de 30 años.
Despojo de tierras a los campesinos. Díaz hizo una serie de reformas a la legislación que facilitaban la entrada a compañías extranjeras para que se adueñaran de “terrenos baldíos” los cuales en realidad pertenecían a indígenas, campesinos o gente muy pobre que no tenía el dinero para trabajar sus tierras y eran despojados de ellas.
Creación de latifundios. Las haciendas de gran extensión pertenecían usualmente a unos pocos propietarios mientras la mayoría de los mexicanos moría de hambre.
Pese al impulso de la educación superior, disminuyó la calidad de la enseñanza popular. De hecho, el 80% de la población era analfabeta.
No había libertad de expresión. La prensa tenía prohibido emitir cualquier tipo de opinión en contra del gobierno y las huelgas estaban prohibidas para todos los sectores.
Obreros y campesinos carecían de protección laboral por lo cual estaban expuestos a la sobreexplotación. La mayoría de los trabajadores incluso debían cumplir con jornadas de más de 12 horas por un sueldo miserable de 75 centavos.
Represión y uso de la fuerza. Las condiciones laborales eran pésimas, sin embargo, cuando los trabajadores y campesinos trataban de manifestar su inconformidad, fueron reprimidos brutalmente. Un ejemplo es el asesinato de obreros durante la Huelga de Cananea (1906) y de Río Blanco (1907).
Respuesta:
La desigualdad social y la concentración de la riqueza. Es cierto que, durante el Porfiriato, nuestro país tuvo un crecimiento económico importante. Sin embargo, la riqueza quedó repartida en unas cuantas manos nacionales y en otras pocas extranjeras.
No existía la libertad política. Es decir, el pueblo no podía elegir a ningún representante dentro de los poderes estatales ni federales. Estos eran impuestos por Porfirio Díaz, quien, pese a estar en contra de la reelección, permaneció en el poder más de 30 años.
Despojo de tierras a los campesinos. Díaz hizo una serie de reformas a la legislación que facilitaban la entrada a compañías extranjeras para que se adueñaran de “terrenos baldíos” los cuales en realidad pertenecían a indígenas, campesinos o gente muy pobre que no tenía el dinero para trabajar sus tierras y eran despojados de ellas.
Creación de latifundios. Las haciendas de gran extensión pertenecían usualmente a unos pocos propietarios mientras la mayoría de los mexicanos moría de hambre.
Pese al impulso de la educación superior, disminuyó la calidad de la enseñanza popular. De hecho, el 80% de la población era analfabeta.
No había libertad de expresión. La prensa tenía prohibido emitir cualquier tipo de opinión en contra del gobierno y las huelgas estaban prohibidas para todos los sectores.
Obreros y campesinos carecían de protección laboral por lo cual estaban expuestos a la sobreexplotación. La mayoría de los trabajadores incluso debían cumplir con jornadas de más de 12 horas por un sueldo miserable de 75 centavos.
Represión y uso de la fuerza. Las condiciones laborales eran pésimas, sin embargo, cuando los trabajadores y campesinos trataban de manifestar su inconformidad, fueron reprimidos brutalmente. Un ejemplo es el asesinato de obreros durante la Huelga de Cananea (1906) y de Río Blanco (1907).
Explicación:
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