Respuesta:San Martín en España: el aprendizaje y las batallas
Por Juan Pablo Bustos Thames
15 de Agosto de 2016
Las primeras armas de José de San Martín en el Ejército Español. Su experiencia como cadete en África. Su paso por Orán. La guerra contra la Francia revolucionaria. La campaña del Rosellón. Su controvertido ascenso a oficial. Su encuentro con Napoleón. José se embarca en la "Santa Dorotea" y es capturado por los ingleses. Su regreso a España.
Al día siguiente del 14 de Julio de 1789, día de la Toma de la Bastilla, en plena Revolución Francesa, el niño José Francisco de San Martín era admitido como cadete en el Regimiento de Infantería de Murcia "El Leal", con asiento en Málaga, ciudad donde residía, con sus padres. El 21 ingresaba al cuartel, y vestía, por vez primera, el uniforme blanco de cadete, con un cordón plateado, desde el hombro hasta el pecho.
Sus primeros tiempos en el cuartel significaron un duro entrenamiento físico y "academia", es decir, instrucción militar, empezando por las Ordenanzas de Carlos III, que regían el funcionamiento del ejército español. Luego vendrían las clases de matemáticas, fortificaciones, manejo de armas blancas y de fuego, con las correspondientes normas de aseo, higiene, limpieza del uniforme, así como también la dura disciplina que se impartía a los cadetes.
El primer destino de San Martín, al año siguiente de su incorporación al ejército, cuando sólo tenía 12 años, fue Melilla, un enclave español sobre la costa marroquí del Mediterráneo; a fin de defender las fortificaciones de ese puerto contra los ataques de los moros. Era el mismo destino que había tenido su padre, varios años atrás.
Los próximos meses verían a José Francisco yendo y viniendo, entre España y el Norte de África, según se tratara del afloramiento de las hostilidades o las posibilidades de firmar la paz con los líderes moros. En Junio de 1791 su unidad fue convocada para defender la plaza norafricana de Orán, que había sido sitiada por décima vez por los ejércitos árabes. Allí tuvo lugar su bautismo de fuego.
Fortificaciones españolas en el norte de Africa
Fortificaciones españolas en el norte de Africa
En Orán, con los Granaderos de su Regimiento
En Orán, San Martín solicitó integrar una compañía de Granaderos del Regimiento de Murcia. Los Granaderos eran soldados selectos, de élite; a quienes se les encomendaban las misiones más arriesgadas y peligrosas. En razón de su corta edad, José no podía ser Granadero; no obstante lo cual, igual pidió incorporarse a esta compañía, con el visto bueno de su coronel. De este modo, lo vemos participando en la plaza de Orán en los arriesgados trabajos nocturnos para desactivar minas que los moros habían colocado para volar los muros defensivos de la plaza o soportando un intenso e ininterrumpido cañoneo durante un mes, dentro de las fortificaciones.
Poco tiempo después, se firmó la paz, y España, en forma inexplicable, cedió este valioso baluarte a los árabes, perdiéndolo definitivamente pese a la denodada resistencia de sus defensores, entre los que se hallaba José, quienes habían mantenido la plaza invicta. Orán sería la primera acción destacada en su legajo.
Uniforme del Regimiento de Infantería de Murcia “El Leal”
Uniforme del Regimiento de Infantería de Murcia “El Leal”
En 1804, su ascenso a Capitán Segundo con 27 años, le obligó a cambiar de unidad. En el batallón de «Voluntarios de Campo Mayor», que se encontraba en Cádiz, conoció al general Francisco María Solano Ortiz de Rosas, Marqués del Socorro. Ambos eran americanos. Solano, hombre de ideas liberales, acogió con afecto y simpatía a su joven compatriota al que ayudó y aconsejó desde la experiencia. Y ambos compartían una visión pesimista sobre el futuro de España y su gobierno en los territorios americanos. Ambos notaban que la Madre patria se tambaleaba sobre sus pies.
En medio de la invasión napoleónica, Solano murió durante un levantamiento popular contra la sede del Gobierno al ser acusado de connivencia con los franceses. San Martín, hombre de orden, intentó defender a su amigo y superior del tumulto, lo cual casi le cuesta también la vida. El desorden, fuera del color que fuera, desagradaba al riguroso criollo.
Los desastres que trajo la invasión francesa habrían de desviar la carrera militar de San Martín. La Junta Central de Gobierno, establecida contra el gobierno napoleónico, ascendió al criollo al cargo de Capitán primero en el regimiento del general Castaños, « la Caballería de Borbón». En esta unidad participó en la batalla de Bailén, el 19 de julio de 1808. La primera derrota importante de las tropas de Napoleón se tradujo para San Martín en un ascenso a teniente coronel de caballería el 11 de agosto de 1808.
Respuesta:San Martín en España: el aprendizaje y las batallas
Por Juan Pablo Bustos Thames
15 de Agosto de 2016
Las primeras armas de José de San Martín en el Ejército Español. Su experiencia como cadete en África. Su paso por Orán. La guerra contra la Francia revolucionaria. La campaña del Rosellón. Su controvertido ascenso a oficial. Su encuentro con Napoleón. José se embarca en la "Santa Dorotea" y es capturado por los ingleses. Su regreso a España.
Al día siguiente del 14 de Julio de 1789, día de la Toma de la Bastilla, en plena Revolución Francesa, el niño José Francisco de San Martín era admitido como cadete en el Regimiento de Infantería de Murcia "El Leal", con asiento en Málaga, ciudad donde residía, con sus padres. El 21 ingresaba al cuartel, y vestía, por vez primera, el uniforme blanco de cadete, con un cordón plateado, desde el hombro hasta el pecho.
Sus primeros tiempos en el cuartel significaron un duro entrenamiento físico y "academia", es decir, instrucción militar, empezando por las Ordenanzas de Carlos III, que regían el funcionamiento del ejército español. Luego vendrían las clases de matemáticas, fortificaciones, manejo de armas blancas y de fuego, con las correspondientes normas de aseo, higiene, limpieza del uniforme, así como también la dura disciplina que se impartía a los cadetes.
El primer destino de San Martín, al año siguiente de su incorporación al ejército, cuando sólo tenía 12 años, fue Melilla, un enclave español sobre la costa marroquí del Mediterráneo; a fin de defender las fortificaciones de ese puerto contra los ataques de los moros. Era el mismo destino que había tenido su padre, varios años atrás.
Los próximos meses verían a José Francisco yendo y viniendo, entre España y el Norte de África, según se tratara del afloramiento de las hostilidades o las posibilidades de firmar la paz con los líderes moros. En Junio de 1791 su unidad fue convocada para defender la plaza norafricana de Orán, que había sido sitiada por décima vez por los ejércitos árabes. Allí tuvo lugar su bautismo de fuego.
Fortificaciones españolas en el norte de Africa
Fortificaciones españolas en el norte de Africa
En Orán, con los Granaderos de su Regimiento
En Orán, San Martín solicitó integrar una compañía de Granaderos del Regimiento de Murcia. Los Granaderos eran soldados selectos, de élite; a quienes se les encomendaban las misiones más arriesgadas y peligrosas. En razón de su corta edad, José no podía ser Granadero; no obstante lo cual, igual pidió incorporarse a esta compañía, con el visto bueno de su coronel. De este modo, lo vemos participando en la plaza de Orán en los arriesgados trabajos nocturnos para desactivar minas que los moros habían colocado para volar los muros defensivos de la plaza o soportando un intenso e ininterrumpido cañoneo durante un mes, dentro de las fortificaciones.
Poco tiempo después, se firmó la paz, y España, en forma inexplicable, cedió este valioso baluarte a los árabes, perdiéndolo definitivamente pese a la denodada resistencia de sus defensores, entre los que se hallaba José, quienes habían mantenido la plaza invicta. Orán sería la primera acción destacada en su legajo.
Uniforme del Regimiento de Infantería de Murcia “El Leal”
Uniforme del Regimiento de Infantería de Murcia “El Leal”
En Guerra contra la Francia Revolucionaria
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En 1804, su ascenso a Capitán Segundo con 27 años, le obligó a cambiar de unidad. En el batallón de «Voluntarios de Campo Mayor», que se encontraba en Cádiz, conoció al general Francisco María Solano Ortiz de Rosas, Marqués del Socorro. Ambos eran americanos. Solano, hombre de ideas liberales, acogió con afecto y simpatía a su joven compatriota al que ayudó y aconsejó desde la experiencia. Y ambos compartían una visión pesimista sobre el futuro de España y su gobierno en los territorios americanos. Ambos notaban que la Madre patria se tambaleaba sobre sus pies.
En medio de la invasión napoleónica, Solano murió durante un levantamiento popular contra la sede del Gobierno al ser acusado de connivencia con los franceses. San Martín, hombre de orden, intentó defender a su amigo y superior del tumulto, lo cual casi le cuesta también la vida. El desorden, fuera del color que fuera, desagradaba al riguroso criollo.
Los desastres que trajo la invasión francesa habrían de desviar la carrera militar de San Martín. La Junta Central de Gobierno, establecida contra el gobierno napoleónico, ascendió al criollo al cargo de Capitán primero en el regimiento del general Castaños, « la Caballería de Borbón». En esta unidad participó en la batalla de Bailén, el 19 de julio de 1808. La primera derrota importante de las tropas de Napoleón se tradujo para San Martín en un ascenso a teniente coronel de caballería el 11 de agosto de 1808.