Su padre, Manuel Borrero Seminario, cuencano, fue representante en uno de los congresos de la primera administración de Flores. Una tía paterna del niño prodigio, guapa e ilustrada, que luego se metió de monja, le enseñó en casa la primaria. A los siete años de edad entró al colegio-seminario de Cuenca.
Su padre, Manuel Borrero Seminario, cuencano, fue representante en uno de los congresos de la primera administración de Flores. Una tía paterna del niño prodigio, guapa e ilustrada, que luego se metió de monja, le enseñó en casa la primaria. A los siete años de edad entró al colegio-seminario de Cuenca.