alecitakatePerrault fue el primero que recogió esta historia y la incluyó en un volumen de cuentos (año 1697), donde destacaba sobre los otros por ser, más que un cuento, una leyenda bastante cruel, destinada a prevenir a las niñas de encuentros con desconocidos, y cuyo ámbito territorial no iba más allá de la región del Loira, la mitad norte de los Alpes y el Tirol; nada, en comparación con los auténticos cuentos folclóricos, que cubren todo el ámbito indoeuropeo y sus zonas de influencia, incluida la América postcolombina.