Perú, habita latribu de los Chamas. Al igual que otros pueblosprimitivos, los Chamas tienen antiguas ymaravillosas leyendas para explicar los fenómenos dela naturaleza y la razón del universo. Una de esasleyendas explica el origen del día y de la noche. Según los Chamas, el dios Habi tuvo dos hijos: Bari,dios del Sol, y Use, diosa de la Luna. Bari era un jovenfuerte, de rubios cabellos rizados y piel dorada comola miel. Era alegre y alborotador y poseía unadesbordante vitalidad. Siempre andaba inventandotravesuras y disfrutaba como un niño haciendo rabiara su hermana.Por el contrario, Use era una muchacha frágil,lánguida, de una extraordinaria palidez, y bella ydelicada como una hermosa rosa blanca. Un caluroso día de verano, la bella Use fue a bañarse a un lago de aguastranquilas y transparentes. Al atardecer, la diosa blanca se sentó a la orilla dellagoy se entretuvo contemplando la divina imagen de su rostro que reflejaban lascristalinas aguas. Use disfrutaba, por fin, de unos momentos de paz en el díamás abrasador de aquel implacable verano. Bari, que mientras tanto estaba paseando por los alrededores, descubrió a suquerida hermana mirándose en las aguas del lago y, en ese preciso momento,decidió gastarle una de sus frecuentes bromas. Se untó las manos con laoscura resina de un árbol y se fue acercando sigilosamente a Use, que, deespaldas a Bari, continuaba absorta ante las aguas. Cuando llegó hasta ella, Bari frotó las negras palmas de sus manos en elblanquísimo rostro de Use. La cara de la diosa quedó como tiznada porhollín y, a orillas del lago, entre las divertidascarcajadas de su hermano, las aguas devolvían unaimagen fea y deslucida de la cara de Use. Al verse así, la bella diosa rompió a llorardesconsoladamente. El dios Bari se arrepintióinmediatamente de lo que había hecho.–Perdóname, querida Use. Yo mismo lavaré tu preciosorostro –balbucía apenado Bari–.–¡Apártate! ¡Me has ofendido como nadie lo ha hecho jamás! ¡Déjame! –decíaUse mientras rechazaba todos los ofrecimientos de su hermano.–Deja de llorar. Te suplico que me perdones –insistía Bari.–¡No volverás a verme nunca! –gritó Use.Y la diosa, en un vuelo fugaz, ascendió a los cielos ante el estupor de suafligido hermano. Desde entonces, Use, la diosa de la Luna, sale siempre denoche, cuando Bari, el dios del Sol, ya se ha ocultado. Cuenta también la leyenda que Use siente a veces deseos de ver a suhermano y, por eso, algunos días muy claros, podemos ver la Luna y el Soljuntos en el cielo, aunque solo sea durante unos
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Perú, habita latribu de los Chamas. Al igual que otros pueblosprimitivos, los Chamas tienen antiguas ymaravillosas leyendas para explicar los fenómenos dela naturaleza y la razón del universo. Una de esasleyendas explica el origen del día y de la noche. Según los Chamas, el dios Habi tuvo dos hijos: Bari,dios del Sol, y Use, diosa de la Luna. Bari era un jovenfuerte, de rubios cabellos rizados y piel dorada comola miel. Era alegre y alborotador y poseía unadesbordante vitalidad. Siempre andaba inventandotravesuras y disfrutaba como un niño haciendo rabiara su hermana.Por el contrario, Use era una muchacha frágil,lánguida, de una extraordinaria palidez, y bella ydelicada como una hermosa rosa blanca. Un caluroso día de verano, la bella Use fue a bañarse a un lago de aguastranquilas y transparentes. Al atardecer, la diosa blanca se sentó a la orilla dellagoy se entretuvo contemplando la divina imagen de su rostro que reflejaban lascristalinas aguas. Use disfrutaba, por fin, de unos momentos de paz en el díamás abrasador de aquel implacable verano. Bari, que mientras tanto estaba paseando por los alrededores, descubrió a suquerida hermana mirándose en las aguas del lago y, en ese preciso momento,decidió gastarle una de sus frecuentes bromas. Se untó las manos con laoscura resina de un árbol y se fue acercando sigilosamente a Use, que, deespaldas a Bari, continuaba absorta ante las aguas. Cuando llegó hasta ella, Bari frotó las negras palmas de sus manos en elblanquísimo rostro de Use. La cara de la diosa quedó como tiznada porhollín y, a orillas del lago, entre las divertidascarcajadas de su hermano, las aguas devolvían unaimagen fea y deslucida de la cara de Use. Al verse así, la bella diosa rompió a llorardesconsoladamente. El dios Bari se arrepintióinmediatamente de lo que había hecho.–Perdóname, querida Use. Yo mismo lavaré tu preciosorostro –balbucía apenado Bari–.–¡Apártate! ¡Me has ofendido como nadie lo ha hecho jamás! ¡Déjame! –decíaUse mientras rechazaba todos los ofrecimientos de su hermano.–Deja de llorar. Te suplico que me perdones –insistía Bari.–¡No volverás a verme nunca! –gritó Use.Y la diosa, en un vuelo fugaz, ascendió a los cielos ante el estupor de suafligido hermano. Desde entonces, Use, la diosa de la Luna, sale siempre denoche, cuando Bari, el dios del Sol, ya se ha ocultado. Cuenta también la leyenda que Use siente a veces deseos de ver a suhermano y, por eso, algunos días muy claros, podemos ver la Luna y el Soljuntos en el cielo, aunque solo sea durante unos