extraoficialmente con el nombre que aparece en el título, los años que van entre 1930 y 1943 en la historia argentina supieron ser unos de los más claros en el inicio de una práctica que duraría todo el siglo: la del golpe de Estado. Comprender este período desde los aspectos políticos, sociales y económicos es de gran relevancia para poder tener una visión integral del siglo XX y su devenir en el país.
La interrupción democrática como recurso de los sectores de poder
La Década Infame que tuvo lugar desde 1930 hasta 1943 se inició con el famoso golpe de Estado que los sectores militares (con el apoyo de gran parte de la ciudadanía) ejecutaron sobre el gobierno del entonces presidente electo por segunda vez, Hipólito Yrigoyen. Este político, de postura radical, había accedido a su segundo mandato con importante popularidad pero sus posturas económicas y su incapacidad para solucionar una crisis que en realidad actuaba como los coletazos de la crisis mundial fueron algunas de las razones por las cuales los sectores de poder decidieron ejecutar el primer golpe de Estado del siglo XX.
Con este comenzó un período de 13 años signado por la vuelta de los sectores oligárquicos al poder, la corrupción política y la sucesión entre presidentes casi elegidos a dedo dentro del mismo grupo de poder. La sociedad apoypo estos actos para luego mirar impávida cómo las estructuras democráticas que se habían construido desde 1912 comenzaban a venirse abajo. La incapacidad de los militares y los presidentes civiles (elegidos a través del fraude) para solucionar aquello que le criticaban a Yrigoyen terminó de cimentar una coyuntura de gran crisis política y económica.
La política en manos de unos pocos y la economía en manos de los más ricos
Para comprender la relevancia que este período tuvo en nuestra historia debemos señalar dos aspectos. Por un lado, las prácticas políticas se retrotajeron a la época previa al radicalismo. Esto quiere decir que a lo largo de estos años reapareció el fraude político pero también la noción de que ante un gobierno que no contara con el apoyo de los sectores poderosos, el golpe de Estado era la única opción disponible a ejecutar. Desde 1930 hasta 1976 esta forma de actuar del ejército permaneció viva y con mucha fuerza.
En segundo lugar, la economía de la época mostró el último intento de los sectores oligárquicos por mantener una estructura productiva basada en el modelo agroexportador, modelo que había entrado en crisis y que dependía principalmente del contexto externo, también en crisis. El intento por sostener una economía que sólo beneficiara a los dueños y propietarios de la tierra y mantuviera a la gran masa de trabajadores empobrecida fue la característica sobresaliente de la época.
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extraoficialmente con el nombre que aparece en el título, los años que van entre 1930 y 1943 en la historia argentina supieron ser unos de los más claros en el inicio de una práctica que duraría todo el siglo: la del golpe de Estado. Comprender este período desde los aspectos políticos, sociales y económicos es de gran relevancia para poder tener una visión integral del siglo XX y su devenir en el país.
La interrupción democrática como recurso de los sectores de poder
La Década Infame que tuvo lugar desde 1930 hasta 1943 se inició con el famoso golpe de Estado que los sectores militares (con el apoyo de gran parte de la ciudadanía) ejecutaron sobre el gobierno del entonces presidente electo por segunda vez, Hipólito Yrigoyen. Este político, de postura radical, había accedido a su segundo mandato con importante popularidad pero sus posturas económicas y su incapacidad para solucionar una crisis que en realidad actuaba como los coletazos de la crisis mundial fueron algunas de las razones por las cuales los sectores de poder decidieron ejecutar el primer golpe de Estado del siglo XX.
Con este comenzó un período de 13 años signado por la vuelta de los sectores oligárquicos al poder, la corrupción política y la sucesión entre presidentes casi elegidos a dedo dentro del mismo grupo de poder. La sociedad apoypo estos actos para luego mirar impávida cómo las estructuras democráticas que se habían construido desde 1912 comenzaban a venirse abajo. La incapacidad de los militares y los presidentes civiles (elegidos a través del fraude) para solucionar aquello que le criticaban a Yrigoyen terminó de cimentar una coyuntura de gran crisis política y económica.
La política en manos de unos pocos y la economía en manos de los más ricos
Para comprender la relevancia que este período tuvo en nuestra historia debemos señalar dos aspectos. Por un lado, las prácticas políticas se retrotajeron a la época previa al radicalismo. Esto quiere decir que a lo largo de estos años reapareció el fraude político pero también la noción de que ante un gobierno que no contara con el apoyo de los sectores poderosos, el golpe de Estado era la única opción disponible a ejecutar. Desde 1930 hasta 1976 esta forma de actuar del ejército permaneció viva y con mucha fuerza.
En segundo lugar, la economía de la época mostró el último intento de los sectores oligárquicos por mantener una estructura productiva basada en el modelo agroexportador, modelo que había entrado en crisis y que dependía principalmente del contexto externo, también en crisis. El intento por sostener una economía que sólo beneficiara a los dueños y propietarios de la tierra y mantuviera a la gran masa de trabajadores empobrecida fue la característica sobresaliente de la época.
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