Colombia cuenta con un Parlamento bicameral, formado por un Senado y una Cámara de Representantes que son renovados cada cuatro años. Hasta la Constitución de 1991, tenía miembros titulares y suplentes.
En el Senado, históricamente ha habido muy pocas mujeres, teniendo en la actualidad el nivel más alto, con ocho curules, que corresponden al 7,3% de los cargos.
En la Cámara de Representantes la participación femenina ha sido mayor, alcanzando en 1990 el 8,5% de los cargos. En las elecciones de 1991, realizadas por revocatoria del mandato vigente, dicho porcentaje bajó al 6,9%, con doce mujeres representantes.
La nueva Constitución introdujo al Congreso numerosas reformas destinadas a superar diversas prácticas que lo habían desprestigiado a los ojos ciudadanos: el clientelismo, el tráfico de influencias, la negociación de los votos, el escaso trabajo parlamentario (5 meses en el año). La Constitución eliminó las suplencias y estableció dos períodos de sesiones con 8 meses de duración. También creó en eL Senado dos curules para los pueblos indígenas.
En relación a la tradición electoral bipartidista, por primera vez en las elecciones de 1991, cerca del 20% de los parlamentarios representa a sectores diferentes de los dos partidos tradicionales.
En las Asambleas Departamentales, cuyos diputados son elegidos por tres años de acuerdo con la nueva Constitución, la participación femenina también es baja, pero mayor que en el Congreso.
Desde que las mujeres tienen derecho a voto, su presencia en dichas Asambleas ha oscilado entre un 5,6% y un 12,6% de los cargos, correspondiendo el mayor porcentaje al período legislativo de 1974. Actualmente hay 53 diputadas entre 501 cargos.
En los Concejos Municipales, cuyos concejales también son elegidos cada tres años desde 1991, la presencia femenina nunca ha superado el 10%. En esa oportunidad la Asociación Nacional de Mujeres Campesinas e Indígenas de Colombia (ANMUCIC), logró presentar un grupo de candidatas campesinas, las que fueron elegidas concejales en su mayoría.
La Constitución de 1991 creó las Juntas Administradoras Locales como mecanismo de participación ciudadana en la planeación, la definición de planes de inversión y el control de los servicios públicos. Son un espacio privilegiado para las mujeres. No obstante, por tratarse de un proceso tan reciente, hay poca información disponible. En el Distrito Capital, en las veinte localidades que lo conforman, el 15,6% del total elegido en 1992 fueron mujeres. Sólo en una no hay ninguna mujer. Por otra parte, en Manizales, de 33 cargos directivos correspondientes a once comunas, catorce fueron ocupados por mujeres.
para ser exantos en la plaza de bolivar en colombia bogotaD.C
Colombia cuenta con un Parlamento bicameral, formado por un Senado y una Cámara de Representantes que son renovados cada cuatro años. Hasta la Constitución de 1991, tenía miembros titulares y suplentes.
En el Senado, históricamente ha habido muy pocas mujeres, teniendo en la actualidad el nivel más alto, con ocho curules, que corresponden al 7,3% de los cargos.
En la Cámara de Representantes la participación femenina ha sido mayor, alcanzando en 1990 el 8,5% de los cargos. En las elecciones de 1991, realizadas por revocatoria del mandato vigente, dicho porcentaje bajó al 6,9%, con doce mujeres representantes.
La nueva Constitución introdujo al Congreso numerosas reformas destinadas a superar diversas prácticas que lo habían desprestigiado a los ojos ciudadanos: el clientelismo, el tráfico de influencias, la negociación de los votos, el escaso trabajo parlamentario (5 meses en el año). La Constitución eliminó las suplencias y estableció dos períodos de sesiones con 8 meses de duración. También creó en eL Senado dos curules para los pueblos indígenas.
En relación a la tradición electoral bipartidista, por primera vez en las elecciones de 1991, cerca del 20% de los parlamentarios representa a sectores diferentes de los dos partidos tradicionales.
En las Asambleas Departamentales, cuyos diputados son elegidos por tres años de acuerdo con la nueva Constitución, la participación femenina también es baja, pero mayor que en el Congreso.
Desde que las mujeres tienen derecho a voto, su presencia en dichas Asambleas ha oscilado entre un 5,6% y un 12,6% de los cargos, correspondiendo el mayor porcentaje al período legislativo de 1974. Actualmente hay 53 diputadas entre 501 cargos.
En los Concejos Municipales, cuyos concejales también son elegidos cada tres años desde 1991, la presencia femenina nunca ha superado el 10%. En esa oportunidad la Asociación Nacional de Mujeres Campesinas e Indígenas de Colombia (ANMUCIC), logró presentar un grupo de candidatas campesinas, las que fueron elegidas concejales en su mayoría.
La Constitución de 1991 creó las Juntas Administradoras Locales como mecanismo de participación ciudadana en la planeación, la definición de planes de inversión y el control de los servicios públicos. Son un espacio privilegiado para las mujeres. No obstante, por tratarse de un proceso tan reciente, hay poca información disponible. En el Distrito Capital, en las veinte localidades que lo conforman, el 15,6% del total elegido en 1992 fueron mujeres. Sólo en una no hay ninguna mujer. Por otra parte, en Manizales, de 33 cargos directivos correspondientes a once comunas, catorce fueron ocupados por mujeres.
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