La segunda generación de cultivos mejorados mediante biotecnología permite obtener:
Beneficios nutricionales para alimento humano y animal: composición de aceites, niveles proteicos, aminoácidos esenciales, anti-oxidantes, hierro, etc. Se espera que en el año 2015 estos beneficios se extiendan en forma masiva.
Plantas con mayor cantidad de compuestos beneficiosos.
Reducción de los alergenos en arroz, soya, nuez, etc. Esto sería un gran avance en la prevención de alergias.
La tercera generación de cultivos mejorados mediante biotecnología, en una línea más futurista, va dirigida a:
Usos terapéuticos, producción de fármacos, vacunas y reactivos de diagnóstico.
Plantas que sintetizarán productos industriales, como plásticos biodegradables, aceites industriales y biocombustibles.
Plantas para descontaminación ambiental, proceso que se denomina fitorremediación.
¿Hay riegos para la salud humana al consumir transgénicos?
Los cuestionamientos frente a la producción y consumo de alimentos genéticamente modificados se refieren a cuatro aspectos:
Ética
Resistencia a antibióticos
Salud y medio ambiente
Legalidad
El cuestionamiento ético surge del hecho de que mediante esta tecnología se manipulan los genes, el código básico que da la vida y las características a los seres vivos, con el objetivo de obtener otros seres vivos que pueden ser verdaderas quimeras en la medida en que resultan de la introducción de genes de una especie en otra. La tecnología convencional también crea productos nuevos, pero lo hace facilitando y acelerando los procesos de la naturaleza, mientras que con la biotecnología el ser humano interviene directamente sobre el código genético sin esperar el ciclo natural de adaptaciones. Este cuestionamiento está muy en boga en estos momentos y es difícil tomar una decisión sobre no utilizar esta tecnología para producir alimentos, en circunstancias de que millones de personas pasan hambre cada día en el planeta y la mitad de ellas son niños.
La resistencia a antibióticos es un riesgo potencial. Es lógico pensar que si se introducen cepas resistentes a pesticidas u otros productos que se usan en forma habitual, esos genes podrían teóricamente transferirse al ser humano y hacer que, por ejemplo, la microflora intestinal se haga resistente a determinados antibióticos. Sin embargo, esto no se ha observado nunca en la práctica, ni siquiera con organismos agresivos como el de la gripe aviar. Pero la posibilidad está presente.
El efecto de la biotecnología sobre la salud y el medio ambiente podría ser deletéreo, en la medida en que el desplazamiento de los cultivos tradicionales por cultivos modificados cause pérdida de la biodiversidad a favor de cepas resistentes, algo similar a lo que ocurrió en Chile con la introducción de la avispa chaqueta amarilla, que desplazó rápidamente al resto y ahora es la dueña y señora de los campos. La posibilidad de que esto ocurra con alguna especie vegetal también constituye un cuestionamiento al uso de los transgénicos.
Finalmente, es probable que el aspecto legal sea el más cuestionado. La producción de alimentos podría quedar en manos de dos o tres grandes productores internacionales de semillas transgénicas. Actualmente ya existe Monsanto, una gran transnacional que produce 90% de toda la semilla genéticamente modificada del mundo, lo que puede llegar a ser peor que Microsoft tenga casi el monopolio de los contenidos informáticos del mundo. El hecho de que productos de primera necesidad queden en manos de unos pocos capitales en el mundo, sin duda, es preocupante
Respuesta:
La segunda generación de cultivos mejorados mediante biotecnología permite obtener:
Beneficios nutricionales para alimento humano y animal: composición de aceites, niveles proteicos, aminoácidos esenciales, anti-oxidantes, hierro, etc. Se espera que en el año 2015 estos beneficios se extiendan en forma masiva.
Plantas con mayor cantidad de compuestos beneficiosos.
Reducción de los alergenos en arroz, soya, nuez, etc. Esto sería un gran avance en la prevención de alergias.
La tercera generación de cultivos mejorados mediante biotecnología, en una línea más futurista, va dirigida a:
Usos terapéuticos, producción de fármacos, vacunas y reactivos de diagnóstico.
Plantas que sintetizarán productos industriales, como plásticos biodegradables, aceites industriales y biocombustibles.
Plantas para descontaminación ambiental, proceso que se denomina fitorremediación.
¿Hay riegos para la salud humana al consumir transgénicos?
Los cuestionamientos frente a la producción y consumo de alimentos genéticamente modificados se refieren a cuatro aspectos:
Ética
Resistencia a antibióticos
Salud y medio ambiente
Legalidad
El cuestionamiento ético surge del hecho de que mediante esta tecnología se manipulan los genes, el código básico que da la vida y las características a los seres vivos, con el objetivo de obtener otros seres vivos que pueden ser verdaderas quimeras en la medida en que resultan de la introducción de genes de una especie en otra. La tecnología convencional también crea productos nuevos, pero lo hace facilitando y acelerando los procesos de la naturaleza, mientras que con la biotecnología el ser humano interviene directamente sobre el código genético sin esperar el ciclo natural de adaptaciones. Este cuestionamiento está muy en boga en estos momentos y es difícil tomar una decisión sobre no utilizar esta tecnología para producir alimentos, en circunstancias de que millones de personas pasan hambre cada día en el planeta y la mitad de ellas son niños.
La resistencia a antibióticos es un riesgo potencial. Es lógico pensar que si se introducen cepas resistentes a pesticidas u otros productos que se usan en forma habitual, esos genes podrían teóricamente transferirse al ser humano y hacer que, por ejemplo, la microflora intestinal se haga resistente a determinados antibióticos. Sin embargo, esto no se ha observado nunca en la práctica, ni siquiera con organismos agresivos como el de la gripe aviar. Pero la posibilidad está presente.
El efecto de la biotecnología sobre la salud y el medio ambiente podría ser deletéreo, en la medida en que el desplazamiento de los cultivos tradicionales por cultivos modificados cause pérdida de la biodiversidad a favor de cepas resistentes, algo similar a lo que ocurrió en Chile con la introducción de la avispa chaqueta amarilla, que desplazó rápidamente al resto y ahora es la dueña y señora de los campos. La posibilidad de que esto ocurra con alguna especie vegetal también constituye un cuestionamiento al uso de los transgénicos.
Finalmente, es probable que el aspecto legal sea el más cuestionado. La producción de alimentos podría quedar en manos de dos o tres grandes productores internacionales de semillas transgénicas. Actualmente ya existe Monsanto, una gran transnacional que produce 90% de toda la semilla genéticamente modificada del mundo, lo que puede llegar a ser peor que Microsoft tenga casi el monopolio de los contenidos informáticos del mundo. El hecho de que productos de primera necesidad queden en manos de unos pocos capitales en el mundo, sin duda, es preocupante