Fatiga o sensación de debilidad: falta energía para desenvolverse con normalidad en la vida cotidiana. Dificultad para respirar. Aspecto pálido y sequedad de la piel, que pierde su tono rosado para adquirir uno más amarillento. Mareos o síncopes, dependiendo de la gravedad de la anemia.
Fatiga o sensación de debilidad: falta energía para desenvolverse con normalidad en la vida cotidiana. Dificultad para respirar. Aspecto pálido y sequedad de la piel, que pierde su tono rosado para adquirir uno más amarillento. Mareos o síncopes, dependiendo de la gravedad de la anemia.