El crudo de petróleo que sale de los pozos es prácticamente inservible, motivo por el cual ha de ser refinado a fin de extraer los productos realmente útiles.
Al principio, el proceso de refino se realizaba junto a los pozos, hasta que se vio que resultaba más rentable refinarlo cerca de los grandes centros de consumo, ya que cada país tenía unas determinadas necesidades. Esto hizo que se desarrollara rápidamente el sector del transporte del petróleo, una de las actividades económicas más importantes hoy en día.
Actualmente, prácticamente la totalidad del petróleo se transporta, bien por vía marítima, en buque-tanques que pueden contener hasta 500.000 toneladas -los llamados superpetroleros-, o por vía terrestre a través de los oleoductos o pipe-lines, conductos de más de un metro de diámetro y centenares de kilómetros de longitud, a través de los cuales es impulsado el aceite mineral. Por los mares y océanos del planeta, navega constantemente una flota de petroleros con una capacidad de más de 250 millones de toneladas de crudo de petróleo.
Las diferentes calidades de los crudos de petróleo vienen determinadas, precisamente, por las características de sus componentes. Así, aquellos petróleos que tienen una mayor proporción de hidrocarburos ligeros -es decir, hidrocarburos con un bajo número de átomos de carbono- son considerados de más calidad, ya que se pueden obtener productos más valiosos.
El proceso industrial, mediante el cual se extraen del crudo de petróleo todos estos productos, se conoce como refino y se realiza en las refinerías. Una refinería es un complejo industrial que opera las 24 horas del día y los 365 días del año. Cuenta con un equipo reducido de personas de alta cualificación profesional, que supervisa constantemente su funcionamiento, gracias a la automatización de los procesos.
El refino se inicia con una destilación, una operación que se realiza en una torre de más de 50 m de altura, dividida en diferentes compartimentos horizontales, en la que se introduce el petróleo previamente calentado hasta los 400°C. Continuamente, entra el crudo de petróleo y salen los diferentes productos destilados según sus puntos de ebullición. Con esta operación, no se acaba el proceso de refino sino que, posteriormente, los compuestos obtenidos son tratados en otras unidades de proceso, donde se modifica su composición molecular o se eliminan los compuestos no deseados, como el azufre.
De esta manera, se obtendrán los productos, de acuerdo con las exigencias técnicas y ambientales que son necesarias para su utilización comercial.
A nivel mundial, la capacidad de refino está localizada, aproximadamente, en 1/5 parte en los Estados Unidos, en 1/8 parte en Rusia, y en 1/5 parte también en Europa occidental
El crudo de petróleo que sale de los pozos es prácticamente inservible, motivo por el cual ha de ser refinado a fin de extraer los productos realmente útiles.
Al principio, el proceso de refino se realizaba junto a los pozos, hasta que se vio que resultaba más rentable refinarlo cerca de los grandes centros de consumo, ya que cada país tenía unas determinadas necesidades. Esto hizo que se desarrollara rápidamente el sector del transporte del petróleo, una de las actividades económicas más importantes hoy en día.
Actualmente, prácticamente la totalidad del petróleo se transporta, bien por vía marítima, en buque-tanques que pueden contener hasta 500.000 toneladas -los llamados superpetroleros-, o por vía terrestre a través de los oleoductos o pipe-lines, conductos de más de un metro de diámetro y centenares de kilómetros de longitud, a través de los cuales es impulsado el aceite mineral. Por los mares y océanos del planeta, navega constantemente una flota de petroleros con una capacidad de más de 250 millones de toneladas de crudo de petróleo.
Las diferentes calidades de los crudos de petróleo vienen determinadas, precisamente, por las características de sus componentes. Así, aquellos petróleos que tienen una mayor proporción de hidrocarburos ligeros -es decir, hidrocarburos con un bajo número de átomos de carbono- son considerados de más calidad, ya que se pueden obtener productos más valiosos.
El proceso industrial, mediante el cual se extraen del crudo de petróleo todos estos productos, se conoce como refino y se realiza en las refinerías. Una refinería es un complejo industrial que opera las 24 horas del día y los 365 días del año. Cuenta con un equipo reducido de personas de alta cualificación profesional, que supervisa constantemente su funcionamiento, gracias a la automatización de los procesos.
El refino se inicia con una destilación, una operación que se realiza en una torre de más de 50 m de altura, dividida en diferentes compartimentos horizontales, en la que se introduce el petróleo previamente calentado hasta los 400°C. Continuamente, entra el crudo de petróleo y salen los diferentes productos destilados según sus puntos de ebullición. Con esta operación, no se acaba el proceso de refino sino que, posteriormente, los compuestos obtenidos son tratados en otras unidades de proceso, donde se modifica su composición molecular o se eliminan los compuestos no deseados, como el azufre.
De esta manera, se obtendrán los productos, de acuerdo con las exigencias técnicas y ambientales que son necesarias para su utilización comercial.
A nivel mundial, la capacidad de refino está localizada, aproximadamente, en 1/5 parte en los Estados Unidos, en 1/8 parte en Rusia, y en 1/5 parte también en Europa occidental