En cuantos periodos se divide la época prehispánica y cuales son
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(2500 a.C.-200 d.C.) Ritual en Tlatilco. Ilustración: Iker Larrauri, 1965, Colección Armando Ayala Anguiano La zona central de México o del Altiplano, como también se le llama en la literatura arqueológica, presentaba condiciones especialmente favorables para el tránsito de sociedades nómadas de cazadores-recolectores a sociedades agrícolas sedentarias. Entre la evidencia de domesticación de plantas más antigua que se conoce se encuentran la del Valle de Tehuacán y la Cuenca de México. Las condiciones geográficas del Altiplano favorecieron, además de la disponibilidad de una amplia gama de productos, la interacción entre sitios ubicados en sus distintas regiones y con los de otras áreas. Este aspecto contribuyó sin duda al desarrollo de los poblados del Altiplano, entre los que se cuentan varios de los más importantes de la época prehispánica.
Con este nombre se conoce al periodo en el que se consolidan varios de los rasgos que serían característicos de las culturas mesoamericanas hasta la conquista española. Con frecuencia se ve a este periodo como uno en el que no se habían alcanzado los grados de complejidad de las sociedades de los periodos posteriores, aunque no es así. El Preclásico es una época plena de logros y con una notable variedad en cuanto a expresiones culturales. En el Preclásico Temprano (2500-1200 a.C.) se dieron cambios fundamentales en la vida de los grupos humanos y que tendrían repercusiones en prácticamente todos los ámbitos. Entre esos cambios están la adopción de la agricultura como medio de subsistencia principal y el establecimiento de aldeas. Seguirían después prácticas como la fabricación de cerámica y el desarrollo de rasgos asociados a la organización social, la que paulatinamente sería cada vez más compleja. Esta creciente complejidad alcanzaría altos niveles en el Preclásico Medio (1200-400 a. C.), principalmente con la cultura olmeca. En ese entonces cristalizan las tendencias en curso durante los más de mil años de la época previa. La estratificación social, el gobierno legitimado por ritos públicos y la cosmovisión, entre otros aspectos, adquieren las características esenciales que se encontrarán entre las sociedades mesoamericanas en adelante. Tras la decadencia de la cultura olmeca, en el Preclásico Tardío (400 a.C.-200 d.C.), gran parte de Mesoamérica vivió una dinámica en la que nuevamente se consolidan procesos en curso desde el periodo anterior, como la escritura, el calendario y ritos como el del juego de pelota. Los rasgos más distintivos de este periodo son un notable crecimiento poblacional y el surgimiento de asentamientos de gran tamaño, muchos de ellos con construcciones monumentales, alrededor de los cuales se conforman sistemas regionales que les aseguraban el mantenimiento de sus crecientes poblaciones. se dividen en: preclasico clasico y posclasico
Ritual en Tlatilco.
Ilustración: Iker Larrauri, 1965, Colección Armando Ayala Anguiano
La zona central de México o del Altiplano, como también se le llama en la literatura arqueológica, presentaba condiciones especialmente favorables para el tránsito de sociedades nómadas de cazadores-recolectores a sociedades agrícolas sedentarias. Entre la evidencia de domesticación de plantas más antigua que se conoce se encuentran la del Valle de Tehuacán y la Cuenca de México. Las condiciones geográficas del Altiplano favorecieron, además de la disponibilidad de una amplia gama de productos, la interacción entre sitios ubicados en sus distintas regiones y con los de otras áreas. Este aspecto contribuyó sin duda al desarrollo de los poblados del Altiplano, entre los que se cuentan varios de los más importantes de la época prehispánica.
Con este nombre se conoce al periodo en el que se consolidan varios de los rasgos que serían característicos de las culturas mesoamericanas hasta la conquista española. Con frecuencia se ve a este periodo como uno en el que no se habían alcanzado los grados de complejidad de las sociedades de los periodos posteriores, aunque no es así. El Preclásico es una época plena de logros y con una notable variedad en cuanto a expresiones culturales. En el Preclásico Temprano (2500-1200 a.C.) se dieron cambios fundamentales en la vida de los grupos humanos y que tendrían repercusiones en prácticamente todos los ámbitos. Entre esos cambios están la adopción de la agricultura como medio de subsistencia principal y el establecimiento de aldeas. Seguirían después prácticas como la fabricación de cerámica y el desarrollo de rasgos asociados a la organización social, la que paulatinamente sería cada vez más compleja. Esta creciente complejidad alcanzaría altos niveles en el Preclásico Medio (1200-400 a. C.), principalmente con la cultura olmeca. En ese entonces cristalizan las tendencias en curso durante los más de mil años de la época previa. La estratificación social, el gobierno legitimado por ritos públicos y la cosmovisión, entre otros aspectos, adquieren las características esenciales que se encontrarán entre las sociedades mesoamericanas en adelante.
Tras la decadencia de la cultura olmeca, en el Preclásico Tardío (400 a.C.-200 d.C.), gran parte de Mesoamérica vivió una dinámica en la que nuevamente se consolidan procesos en curso desde el periodo anterior, como la escritura, el calendario y ritos como el del juego de pelota. Los rasgos más distintivos de este periodo son un notable crecimiento poblacional y el surgimiento de asentamientos de gran tamaño, muchos de ellos con construcciones monumentales, alrededor de los cuales se conforman sistemas regionales que les aseguraban el mantenimiento de sus crecientes poblaciones. se dividen en: preclasico clasico y posclasico