El proceso de enfrentamiento a la pandemia ocasionada por la enfermedad COVID-19, generada por la circulación de un nuevo coronavirus, provoca la discusión no solo de las políticas y sistemas de salud en varios países del planeta sino, además se origina el cuestionamiento acerca los modelos de desarrollo, de las maneras de promover la investigación, la innovación y el conocimiento en sentido general.En la región y en el país se convoca a los profesionales para que contribuyan desde sus disciplinas y proyectos de investigación a la solución de las diversas problemáticas que los contextos sociales experimentan debido a la situación de emergencia epidemiológica. El actual escenario mundial condiciona cambios en las estructuras y funcionamiento de las sociedades. Las ciencias sociales tienen aún mucho que aportar en el análisis de la situación actual y en la predicción del futuro ya que la humanidad no volverá a ser igual cuando esta pandemia se supere, en tanto, se han puesto a prueba los mecanismos sociales existentes que evidencian en las maneras de enfrentar la situación epidemiológica su ineficiencia para salvar algo tan preciado como la vida misma de los seres humanos.
Ciertamente se reconoce que la comunidad científica está llamada a publicar sus resultados, a reflexionar, comparar, analizar cuánto más es posible hacer en tan complejo contexto epidemiológico internacional y en particular, en el de Cuba; agravado por la situación política e ideológica internacional y por las actitudes de los EE.UU. hacia la isla caribeña.4
Atendiendo al llamado, las autoras promueven la reflexión en torno a determinadas preocupaciones que se hacen evidentes en la época de infestación mundial por COVID-19 y a las que se debe prestar atención, ya que sin lugar a dudas cambiaran las sociedades y modos de convivencia en ellas.
En primer lugar, se reconoce que el nuevo coronavirus se origina en China y se expande rápidamente a otros territorios del continente europeo que hasta la llegada de la epidemia son reconocidos como estados desarrollados, dígase industrializados poseedores de recursos, instituciones, servicios y personal de salud de reconocido prestigio y calidad.
Sin embargo, los medios de información refieren que, en la mayoría de los países afectados, colapsan los sistemas de salud. Resultan insuficientes los insumos, los servicios y el personal se desborda por la exigencia de la atención que demanda la epidemia. En realidad, todo ello es consecuencia de la racionalidad económica neoliberal que posibilita y explica los sucesivos recortes en los sistemas de salud en muchos de los países y que limita sus capacidades de respuesta ante la COVID-19
Respuesta:
El proceso de enfrentamiento a la pandemia ocasionada por la enfermedad COVID-19, generada por la circulación de un nuevo coronavirus, provoca la discusión no solo de las políticas y sistemas de salud en varios países del planeta sino, además se origina el cuestionamiento acerca los modelos de desarrollo, de las maneras de promover la investigación, la innovación y el conocimiento en sentido general.En la región y en el país se convoca a los profesionales para que contribuyan desde sus disciplinas y proyectos de investigación a la solución de las diversas problemáticas que los contextos sociales experimentan debido a la situación de emergencia epidemiológica. El actual escenario mundial condiciona cambios en las estructuras y funcionamiento de las sociedades. Las ciencias sociales tienen aún mucho que aportar en el análisis de la situación actual y en la predicción del futuro ya que la humanidad no volverá a ser igual cuando esta pandemia se supere, en tanto, se han puesto a prueba los mecanismos sociales existentes que evidencian en las maneras de enfrentar la situación epidemiológica su ineficiencia para salvar algo tan preciado como la vida misma de los seres humanos.
Ciertamente se reconoce que la comunidad científica está llamada a publicar sus resultados, a reflexionar, comparar, analizar cuánto más es posible hacer en tan complejo contexto epidemiológico internacional y en particular, en el de Cuba; agravado por la situación política e ideológica internacional y por las actitudes de los EE.UU. hacia la isla caribeña.4
Atendiendo al llamado, las autoras promueven la reflexión en torno a determinadas preocupaciones que se hacen evidentes en la época de infestación mundial por COVID-19 y a las que se debe prestar atención, ya que sin lugar a dudas cambiaran las sociedades y modos de convivencia en ellas.
En primer lugar, se reconoce que el nuevo coronavirus se origina en China y se expande rápidamente a otros territorios del continente europeo que hasta la llegada de la epidemia son reconocidos como estados desarrollados, dígase industrializados poseedores de recursos, instituciones, servicios y personal de salud de reconocido prestigio y calidad.
Sin embargo, los medios de información refieren que, en la mayoría de los países afectados, colapsan los sistemas de salud. Resultan insuficientes los insumos, los servicios y el personal se desborda por la exigencia de la atención que demanda la epidemia. En realidad, todo ello es consecuencia de la racionalidad económica neoliberal que posibilita y explica los sucesivos recortes en los sistemas de salud en muchos de los países y que limita sus capacidades de respuesta ante la COVID-19
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