Análisis de la experiencia de Dios de acuerdo a la reflexión elaborada por la teología espiritual, destacando el lugar que ocupa en dicha experiencia el deseo de Dios, así como su aplicación al campo de la experiencia vocacional en el mundo de los jóvenes. Cuenta con un análisis del Documento Preparatorio del Sínodo: Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.
Analysis of the experience of God according to the reflection elaborated by the spiritual theology, emphasizing the place that occupies in this experience the desire of God, as well as his application to the vocational experience in the life's young people. It has an analysis of the Preparatory Document of the Synod Young people, faith and vocational discernment.
Keywords: Experience of God; desire; vocational experience; spiritual theology; youth
INTRODUCCIÓN
La tesis del presente artículo es que el deseo es un elemento central en la experiencia de Dios, que se alimenta por la acción de Dios y a la vez dispone al ser humano en la búsqueda de Aquel que lo ha hecho posible. La experiencia como algo que toca el conjunto de la vida y el deseo como ese motor interno que se conecta con las mociones, los afectos y la voluntad.
El texto tiene dos partes conectadas por aquellos elementos que son transversales a todo el estudio, la experiencia de Dios y el deseo. En la primera parte presentamos un análisis teológico espiritual de la experiencia de Dios y su relación con la dinámica del deseo. Profundizamos en la experiencia cristiana de Dios y destacamos que el dinamismo de esa experiencia está relacionado con despertar y alimentar el deseo de Dios.
En la segunda parte del artículo nos abocamos al análisis del Documento Preparatorio del Sínodo para la juventud, ya que en él se aborda la experiencia vocacional, que entendemos es una forma privilegiada de aproximarse a la experiencia de Dios y en este documento de la Iglesia destacamos el valor que los obispos le han asignado, justamente, a despertar y discernir los deseos, con lo cual confirmamos nuestra tesis de que en la experiencia de Dios el deseo y su dinámica es algo fundamental e ineludible.
Por último, cabe destacar que esta investigación forma parte de un trabajo elaborado en su primera versión en el centro de estudios Bíblicos, Teológicos y Pastorales (Cebitepal) del CELAM, en el marco de un diplomado sobre Pastoral Juvenil y Vocacional, donde el interés por la experiencia de Dios tenía a la vista la realidad de los jóvenes y sus búsquedas especialmente en América Latina y el caribe.
I. La experiencia de Dios
1. Experiencia que abarca al hombre en su totalidad
Para abordar esta temática he tenido a la vista el libro Experiencia de Dios y formación vocacional de José María Imízcoz Barriola editado por la BAC el año 2004, que a su vez tiene en consideración las reflexiones de Juan Martín Velasco en su libro La experiencia cristiana de Dios cuya primera edición es del año 1995. Ellos se inscriben en una corriente que se ha ido fraguando en las últimas décadas, a través del desarrollo de la teología espiritual, cuyo objeto de análisis ha sido justamente la experiencia y particularmente la experiencia de Dios.
Cuando hablamos de experiencia de Dios estamos hablando de una experiencia humana en la cual, y a través de la cual, Dios se hace presente de manera tal que transforma la vida. En cierto modo podríamos afirmar que toda vivencia humana es, o puede ser leída, como experiencia de Dios, ya que en Él “nos movemos, existimos y somos” (Hch 17,28) y se hace presente a las personas a través de toda la realidad. Pero ocurre que no siempre las personas somos conscientes de esa presencia de Dios y las realidades creadas muchas veces la oscurecen, por ello implica un camino de purificación y de conversión que conlleva momentos vitales en que esa cercanía de Dios se hace patente y el ser humano se hace capaz de interpretarla como tal.
En alemán el término para decir experiencia (erfahren, saber por experiencia) tiene la misma raíz que el término fahren que significa viajar1. Es decir, nos remite a un tipo de conocimiento que se ha adquirido caminando. Es un saber que adquiere la persona que ha recorrido la vida, que ha trabado un contacto de piel con las realidades de este mundo. Es lo contrario o va más
Respuesta:
Análisis de la experiencia de Dios de acuerdo a la reflexión elaborada por la teología espiritual, destacando el lugar que ocupa en dicha experiencia el deseo de Dios, así como su aplicación al campo de la experiencia vocacional en el mundo de los jóvenes. Cuenta con un análisis del Documento Preparatorio del Sínodo: Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.
Palabras clave: Experiencia de Dios; deseo; experiencia vocacional; teología espiritual; jóvenes
ABSTRACT:
Analysis of the experience of God according to the reflection elaborated by the spiritual theology, emphasizing the place that occupies in this experience the desire of God, as well as his application to the vocational experience in the life's young people. It has an analysis of the Preparatory Document of the Synod Young people, faith and vocational discernment.
Keywords: Experience of God; desire; vocational experience; spiritual theology; youth
INTRODUCCIÓN
La tesis del presente artículo es que el deseo es un elemento central en la experiencia de Dios, que se alimenta por la acción de Dios y a la vez dispone al ser humano en la búsqueda de Aquel que lo ha hecho posible. La experiencia como algo que toca el conjunto de la vida y el deseo como ese motor interno que se conecta con las mociones, los afectos y la voluntad.
El texto tiene dos partes conectadas por aquellos elementos que son transversales a todo el estudio, la experiencia de Dios y el deseo. En la primera parte presentamos un análisis teológico espiritual de la experiencia de Dios y su relación con la dinámica del deseo. Profundizamos en la experiencia cristiana de Dios y destacamos que el dinamismo de esa experiencia está relacionado con despertar y alimentar el deseo de Dios.
En la segunda parte del artículo nos abocamos al análisis del Documento Preparatorio del Sínodo para la juventud, ya que en él se aborda la experiencia vocacional, que entendemos es una forma privilegiada de aproximarse a la experiencia de Dios y en este documento de la Iglesia destacamos el valor que los obispos le han asignado, justamente, a despertar y discernir los deseos, con lo cual confirmamos nuestra tesis de que en la experiencia de Dios el deseo y su dinámica es algo fundamental e ineludible.
Por último, cabe destacar que esta investigación forma parte de un trabajo elaborado en su primera versión en el centro de estudios Bíblicos, Teológicos y Pastorales (Cebitepal) del CELAM, en el marco de un diplomado sobre Pastoral Juvenil y Vocacional, donde el interés por la experiencia de Dios tenía a la vista la realidad de los jóvenes y sus búsquedas especialmente en América Latina y el caribe.
I. La experiencia de Dios
1. Experiencia que abarca al hombre en su totalidad
Para abordar esta temática he tenido a la vista el libro Experiencia de Dios y formación vocacional de José María Imízcoz Barriola editado por la BAC el año 2004, que a su vez tiene en consideración las reflexiones de Juan Martín Velasco en su libro La experiencia cristiana de Dios cuya primera edición es del año 1995. Ellos se inscriben en una corriente que se ha ido fraguando en las últimas décadas, a través del desarrollo de la teología espiritual, cuyo objeto de análisis ha sido justamente la experiencia y particularmente la experiencia de Dios.
Cuando hablamos de experiencia de Dios estamos hablando de una experiencia humana en la cual, y a través de la cual, Dios se hace presente de manera tal que transforma la vida. En cierto modo podríamos afirmar que toda vivencia humana es, o puede ser leída, como experiencia de Dios, ya que en Él “nos movemos, existimos y somos” (Hch 17,28) y se hace presente a las personas a través de toda la realidad. Pero ocurre que no siempre las personas somos conscientes de esa presencia de Dios y las realidades creadas muchas veces la oscurecen, por ello implica un camino de purificación y de conversión que conlleva momentos vitales en que esa cercanía de Dios se hace patente y el ser humano se hace capaz de interpretarla como tal.
En alemán el término para decir experiencia (erfahren, saber por experiencia) tiene la misma raíz que el término fahren que significa viajar1. Es decir, nos remite a un tipo de conocimiento que se ha adquirido caminando. Es un saber que adquiere la persona que ha recorrido la vida, que ha trabado un contacto de piel con las realidades de este mundo. Es lo contrario o va más