Iniciar un negocio necesita mucho más que simples ganas; supone disponer de voluntad, persistencia y energía para solucionar problema tras problema, obstáculo tras obstáculo. Debes tener en cuenta que el camino para convertirte en tu propio jefe requerirá de ciertos sacrificios, entre ellos trabajar más horas, no contar con vacaciones y disponer de muy poco tiempo para ti y tu familia
2. ¿Eres flexible?
Las pautas y rutinas establecidas sólo sirven para aquellos trabajadores con contrato en las grandes empresas, no para un emprendedor que deberá ir superando los obstáculos que aparezcan en el camino, gracias a la improvisación. La incertidumbre será tu compañera constante, por lo que necesitas aprender a actuar en ella. Tienes que estar dispuesto a cambiar tus paradigmas y a ser creativo para buscar nuevas soluciones.
3. ¿Eres un buen comunicador?
Los malos entendidos y las faltas de comunicación son un problema constante en las pequeñas empresas. Además, debes sumar las responsabilidades que implica ser el jefe y de actuar y dirigirte como tal. ¿Tendrás la misma capacidad tanto para felicitar como para despedir?
4. ¿Eres organizado?
Contar con objetivos claros, planificación y papeleo es sólo el principio de un camino largo y lleno de tareas. No podrás enfrentarlo si eres desorganizado, por lo que necesitas poner en orden todos los aspectos que rodean tu mundo como emprendedor: horarios, papeles, trámites, finanzas, equipo. Asegúrate de contar con un buen sistema de organización, ya sea una libreta, un Smartphone, una Tablet o tu misma computadora.
5. ¿Reconoces y corriges tus errores?
Equivocarse es normal, repetir las equivocaciones es humano, pero cuando se cometen los mismos errores una y otra vez, difícilmente podrás superar los obstáculos que te vaya planteando tu empresa. Debes estar consciente de que fracasarás muchas veces, lo importante es aceptarlo y seguir adelante.
Respuesta:
noooo terreno elaborarrrrrrr
Respuesta:
Cada pregunta tiene abajo una explicacón :)
Explicación:
1. ¿Tienes energía?
Iniciar un negocio necesita mucho más que simples ganas; supone disponer de voluntad, persistencia y energía para solucionar problema tras problema, obstáculo tras obstáculo. Debes tener en cuenta que el camino para convertirte en tu propio jefe requerirá de ciertos sacrificios, entre ellos trabajar más horas, no contar con vacaciones y disponer de muy poco tiempo para ti y tu familia
2. ¿Eres flexible?
Las pautas y rutinas establecidas sólo sirven para aquellos trabajadores con contrato en las grandes empresas, no para un emprendedor que deberá ir superando los obstáculos que aparezcan en el camino, gracias a la improvisación. La incertidumbre será tu compañera constante, por lo que necesitas aprender a actuar en ella. Tienes que estar dispuesto a cambiar tus paradigmas y a ser creativo para buscar nuevas soluciones.
3. ¿Eres un buen comunicador?
Los malos entendidos y las faltas de comunicación son un problema constante en las pequeñas empresas. Además, debes sumar las responsabilidades que implica ser el jefe y de actuar y dirigirte como tal. ¿Tendrás la misma capacidad tanto para felicitar como para despedir?
4. ¿Eres organizado?
Contar con objetivos claros, planificación y papeleo es sólo el principio de un camino largo y lleno de tareas. No podrás enfrentarlo si eres desorganizado, por lo que necesitas poner en orden todos los aspectos que rodean tu mundo como emprendedor: horarios, papeles, trámites, finanzas, equipo. Asegúrate de contar con un buen sistema de organización, ya sea una libreta, un Smartphone, una Tablet o tu misma computadora.
5. ¿Reconoces y corriges tus errores?
Equivocarse es normal, repetir las equivocaciones es humano, pero cuando se cometen los mismos errores una y otra vez, difícilmente podrás superar los obstáculos que te vaya planteando tu empresa. Debes estar consciente de que fracasarás muchas veces, lo importante es aceptarlo y seguir adelante.