Para que el culto espiritual a Dios sea auténtico, verdadero, y agradable a Él, hay que hacerlo con una mente renovada, y esto se logra a través de un proceso constante de conversión.
La conversión, que es expresión de fe y que nace de la humildad, motiva a inclinarse, arrodillarse, postrarse ante Dios (y no es sólo una postura corporal), y a hacerlo en cualquier circunstancia, no sólo ante su presencia eucarística.
Respuesta:
Para que el culto espiritual a Dios sea auténtico, verdadero, y agradable a Él, hay que hacerlo con una mente renovada, y esto se logra a través de un proceso constante de conversión.
La conversión, que es expresión de fe y que nace de la humildad, motiva a inclinarse, arrodillarse, postrarse ante Dios (y no es sólo una postura corporal), y a hacerlo en cualquier circunstancia, no sólo ante su presencia eucarística.
Explicación:
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