El último caso de Philip Trent se nos presenta como una de esas novelas de misterio de siempre. La gran casa, los señores de clase alta (los Manderson), el servicio (Celestine, Martin, Marlowe…), un par de personajes del entorno (señor Cupples) y el investigador aficionado (Trent) que aventaja por sistema al representante de las fuerzas policiales (Murch). A través de una serie de conversaciones, una aguda capacidad observadora y una desarrollada capacidad deductiva apoyada en una vasta cultura, Trent ofrece una resolución del caso. Sin embargo, Bentley invita a su protagonista a repensar el caso.
El último tramo de El último caso de Philip Trent da un giro interesantísimo a la novela. El misterio sobre cómo murió el magnate Sigsbee Manderson gana matices en su revisión. No solo en las motivaciones de los personajes protagonistas y principales implicados. También habla de lo que espera de una mujer la sociedad del momento (principios s.XX), e incluso se aproxima a la lucha de clases. Raymond Chandler no consideró esta novela como una crítica a las novelas enigma que tanto aborrecía, y señaló su falta de verosimilitud, siendo suaves. No se lo voy a negar. Pero quien ofrezca cierta suspensión de la incredulidad, recogerá una lectura muy amena y placentera. Porque El último caso de Philip Trent está rematadamente bien escrita.
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El último caso de Philip Trent se nos presenta como una de esas novelas de misterio de siempre. La gran casa, los señores de clase alta (los Manderson), el servicio (Celestine, Martin, Marlowe…), un par de personajes del entorno (señor Cupples) y el investigador aficionado (Trent) que aventaja por sistema al representante de las fuerzas policiales (Murch). A través de una serie de conversaciones, una aguda capacidad observadora y una desarrollada capacidad deductiva apoyada en una vasta cultura, Trent ofrece una resolución del caso. Sin embargo, Bentley invita a su protagonista a repensar el caso.
El último tramo de El último caso de Philip Trent da un giro interesantísimo a la novela. El misterio sobre cómo murió el magnate Sigsbee Manderson gana matices en su revisión. No solo en las motivaciones de los personajes protagonistas y principales implicados. También habla de lo que espera de una mujer la sociedad del momento (principios s.XX), e incluso se aproxima a la lucha de clases. Raymond Chandler no consideró esta novela como una crítica a las novelas enigma que tanto aborrecía, y señaló su falta de verosimilitud, siendo suaves. No se lo voy a negar. Pero quien ofrezca cierta suspensión de la incredulidad, recogerá una lectura muy amena y placentera. Porque El último caso de Philip Trent está rematadamente bien escrita.