El resumen del libro me enamorare de un robot: el sexto palacio
sukkitaa
Estaba el tesoro, y también el guardián del tesoro y los huesos blanquecinos de los que habían intentado inútilmente apoderarse de él. En cierto modo, hasta los huesos habían embellecido, tirados allí, a un lado del portal de la cámara del tesoro, bajo el resplandeciente arco de los cielos. El oro embellecía todas las cosas que lo rodeaban... incluso los blancos huesos, incluso al severo guardián.
El tesoro estaba en un pequeño mundo que pertenecía a la roja Valzar. En realidad era sólo un poco más grande que la luna y no tenía una verdadera atmósfera; era un pequeño mundo muerto y silencioso que giraba por la oscuridad, a mil millones de kilómetros de una estrella primaria que se estaba enfriando. Un viajero se detuvo allí una vez. ¿De dónde venía, adónde iba? Nadie lo supo nunca.
los que habían intentado inútilmente apoderarse de él. En cierto modo, hasta los
huesos habían embellecido, tirados allí, a un lado del portal de la cámara del
tesoro, bajo el resplandeciente arco de los cielos. El oro embellecía todas las
cosas que lo rodeaban... incluso los blancos huesos, incluso al severo guardián.
El tesoro estaba en un pequeño mundo que pertenecía a la roja Valzar. En
realidad era sólo un poco más grande que la luna y no tenía una verdadera
atmósfera; era un pequeño mundo muerto y silencioso que giraba por la oscuridad,
a mil millones de kilómetros de una estrella primaria que se estaba enfriando.
Un viajero se detuvo allí una vez. ¿De dónde venía, adónde iba? Nadie lo supo
nunca.