EL NÚMERO DE ORO
... El tema del crecimiento, en cambio, los envolvió en una disquisición que llegó a
involucrar al Partenón y Le Corbusier.
- ¡He crecido mucho gracias a las cosas saludables que me da de comer el abuelo! –
declaró mi hermano, orgulloso -. Ahora mido un metro y treinta y seis centímetros. Lo
sé porque ayer el abuelo me midió de arriba abajo; ¡quería ver si en mi cuerpo estaba
el famoso número de oro! ¿Lo conoces?
El tío se había limitado a puntualizar el nombre exacto del famoso poeta Giacomo
Leopardi, ¡pero esa historia del número de oro era verdaderamente un panecillo para
hincarle el diente! Más que pan, un pastel, ¡dado el gusto con que se lanzaba!
- Y dime, ¿encontrasteis ese famoso número? – preguntó con curiosidad.
- ¡Naturalmente! El abuelo dijo que soy una mina de oro. Para empezar localizó en la
posición de mi ombligo, que se halla a 84 centímetros de los pies; ¡tenías que ver lo
contento que estaba!
Mi altura es de 136 centímetros; de los pies al ombligo hay 84 y del ombligo a la
cabeza 52.
El abuelo me ha explicado que, con estas medidas, el ombligo equilibra mi estatura
de una forma muy armoniosa, porque la relación entre 52 y 84 es igual a la que hay
entre 84 y 136, así: 5284=0,61... y también: 84136=0,61...
Si el ombligo se hubiera hallado más arriba o más abajo, estas dos relaciones no
serían iguales. Dijo también que ese número, el 0,61..., se llama número de oro.
Para ser exactos, el auténtico número de oro es 0,618.... con infinitas cifras después
del 8. El abuelo dice que no puedo quejarme de mis medidas: ¡Hubiera podido servir
de modelo para una estatua griega! Los escultores griegos creaban sus obras
utilizando en lo posible medidas que tuvieran como relación precisamente el número
0,618... ¡Incluso en un famoso templo griego se hallan un montón de medidas así!
- Es verdad – precisó el tío-, en el Partenón, el más hermoso templo de Atenas. El
número de oro se indica con la letra griega , que se lee fi, precisamente porque ésta
es la inicial de Fidias, el arquitecto que proyectó el templo.
-El abuelo me ha contado que este fi se encuentra también en muchas partes del
cuerpo de animales y en plantas. En mi mano, por ejemplo, la relación entre los dos
últimos huesos del dedo índice es 0,62...., es decir, casi fi. ¡Quién sabe lo que diría
Fibonacci si supiera que no sólo sus números se encuentran entre las cosas de la
naturaleza!
-Se pondría muy contento, sin duda –aclaró el tío Mauro-, porque ese número tiene
una estrecha relación con los suyos; casi podríamos decir que un pariente cercano.
¿Quieres saber el motivo? Hasta puedes descubrirlo tú solo. Mira, éstos son los
números de Fibonacci:
1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55,...
Ahora, con la calculadora hallamos la relación que existe entre cada uno de ellos y el
sucesivo:
0,618...
55
34 0,617...
34
21 0,619...
21
13 0,615...
13
8
0,625;
8
5
0,6;
5
3
0,66;
3
2
0,5;
2
1
1;
1
1
¿
Cuáles deben ser los conocimientos previos, en matemáticas, que deben tener las personas que aborden la lectura del fragmento?
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R= la literatura de los conocimientos matemáticos