Antiguamente el concepto de diabetes mellitus (DM) se simplificaba como un trastorno de la utilización de la glucosa, por una falta relativa o absoluta de insulina. Sin embargo, esa definición, quizás matizada como "un grupo de enfermedades o síndromes metabólicos caracterizados por la aparición de hiperglucemias secundaria a defectos de la secreción de insulina, de la acción de la insulina o de ambas", sí que centra el problema de lo que deberíamos llamar las diabetes mellitus. Además, aunque la alteración del metabolismo hidrocarbonado sea la más significativa, no podemos olvidar que el proceso también afecta al metabolismo protético y lipídico.
En la DM debemos tener presente que la duración de la hiperglucemia y su gravedad son los factores más importantes en la aparición a medio y largo plazo de complicaciones de muy diversa índole. Aunque hay una afectación universal del organismo, las manifestaciones clínicas más evidentes son las siguientes: pérdida de visión que puede llegar a ceguera, afectación renal que puede llegar a insuficiencia renal terminal que precise hemodiálisis y trasplante renal, afectación de los grandes vasos que puede condicionar patologías tan importantes como la insuficiencia arterial de extremidades inferiores que terminaría en la amputación a diversos niveles, cardiopatía isquémica con infarto de miocardio como manifestación más frecuente y, por supuesto, también un incremento de la enfermedad vascular cerebral o una mayor incidencia de
enfermedad isquémica intestinal. Sin embargo, el grupo de complicaciones más prevalentes son las que acontecen en el sistema nervioso, tanto en el sistema nervioso periférico como en el autonómico en incluso en el central.
Antiguamente el concepto de diabetes mellitus (DM) se simplificaba como un trastorno de la utilización de la glucosa, por una falta relativa o absoluta de insulina. Sin embargo, esa definición, quizás matizada como "un grupo de enfermedades o síndromes metabólicos caracterizados por la aparición de hiperglucemias secundaria a defectos de la secreción de insulina, de la acción de la insulina o de ambas", sí que centra el problema de lo que deberíamos llamar las diabetes mellitus. Además, aunque la alteración del metabolismo hidrocarbonado sea la más significativa, no podemos olvidar que el proceso también afecta al metabolismo protético y lipídico.
En la DM debemos tener presente que la duración de la hiperglucemia y su gravedad son los factores más importantes en la aparición a medio y largo plazo de complicaciones de muy diversa índole. Aunque hay una afectación universal del organismo, las manifestaciones clínicas más evidentes son las siguientes: pérdida de visión que puede llegar a ceguera, afectación renal que puede llegar a insuficiencia renal terminal que precise hemodiálisis y trasplante renal, afectación de los grandes vasos que puede condicionar patologías tan importantes como la insuficiencia arterial de extremidades inferiores que terminaría en la amputación a diversos niveles, cardiopatía isquémica con infarto de miocardio como manifestación más frecuente y, por supuesto, también un incremento de la enfermedad vascular cerebral o una mayor incidencia de
enfermedad isquémica intestinal. Sin embargo, el grupo de complicaciones más prevalentes son las que acontecen en el sistema nervioso, tanto en el sistema nervioso periférico como en el autonómico en incluso en el central.